Presionados por la suba del dólar y la incertidumbre respecto a la profundidad que tendrá la actual crisis financiera internacional, los Kirchner buscan enviar señales de tranquilidad al mercado doméstico. Por eso ayer el Banco Central que conduce Martín Redrado acordó con su par de China una línea de créditos recíprocos (denominado en la jerga financiera, swap cambiario) por el equivalente a u$s 10.000 millones, que permitirá reforzar las reservas locales en caso de ser necesario.

El mecanismo –que terminó de cerrar Redrado con el presidente del Banco Central de China, Zhou Xiaochuan, en Medellín, Colombia, donde ambos participaron de la Asamblea Anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)– implica que los dos países tienen habilitada la posibilidad de realizar un canje mutuo de monedas (pesos por yuanes).

Se trata de una línea contingente. Si lo requiere, el BCRA podrá acceder a fondos por 70.000 millones de yuanes, entregando como contrapartida una suma equivalente en pesos (alrededor de $ 37.000 millones). El acuerdo es por tres años y a su vencimientos todas las operaciones deben ser revertidas. Se pagarán intereses sólo si se utiliza la línea.

El acuerdo implica para el Gobierno de los Kirchner la posibilidad de utilizar estos yuanes para luego prestarlos a otros países y hacerse de dólares para reforzar la reservas, que hoy sufren por la presión de demanda sobre el billete estadounidense.

Si bien las arcas del Central cuentan con u$s 46.700 millones, desde hace meses el Gobierno busca fondos adicionales de otros organismos para enviar tranquilidad al mercado local. Algunos operadores interpretaron el acuerdo con China más como una señal de debilidad que fortaleza.

Eso porque, argumentan, revela las dificultades de los Kirchner para obtener líneas de crédito más apetecibles.

El dólar en la city porteña ayer cerró sin cambios a $ 3,73, pero el Central tuvo que intervenir vendiendo cerca de u$s 100 millones. La presión compradora sigue latente y en el Gobierno admiten que se avecinan días complicados. En particular hasta después de Semana Santa, cuando comenzaría la liquidación de las exportaciones provenientes de la cosecha gruesa. En los días que restan hasta ese momento a las compras de dólares de los bancos y grandes inversores se le podrían sumar los pequeños ahorristas que cobran sus sueldos.

El acuerdo con China también podría servir para facilitar el comercio bilateral. Así, en un futuro, los importadores de bienes provenientes del gigante asiático abonarían estas compras pagando directamente en yuanes sin necesidad de recurrir al dólar. Se trata de otro mecanismo que quitará presión a la divisa estadounidense, y el que más interesa al Gobierno chino, dado que sirve para “fidelizar a sus socios comerciales y ayuda a establecer al yuan como moneda de referencia mundial.

“Hemos firmado un memorando. Aunque ambos lados necesitan aún trabajar en los procedimientos locales para finalizarlo , dijo Xiaochuan desde Medellín. “Es algo bastante nuevo, deberíamos tomarnos algún tiempo para considerar qué tan bien podemos hacer eso y cuán lejos podemos llegar , agregó.

En el mercado local tomaron el acuerdo con escepticismo. Los operadores creen que se trata sólo de “un golpe de efecto y dudan de su concreción. “Éste es un anuncio más de muchos que se han hecho y no se han concretado como el tren bala y otros acuerdos comerciales , dicen. Lo cierto es que este tipo de transacción nunca se realizó previamente entre el BCRA y su par de otro país.

Aldo Pignanelli, ex presidente del BCRA, consideró que objetivo del acuerdo es confuso, “porque en definitiva se trata de un esquema de compensación de la moneda entre importación y exportación, pero no es un crédito. Y la diferencia del superávit comercial de China hay que seguir pagándola en dólares , manifestó.