

Diversos donantes internacionales comprometieron ayer la entrega de u$s 213 millones para la estabilización de Somalia. Un factor que impulsó estas decisiones es la amenaza que los piratas de ese país presentan al comercio mundial.
El dinero, que representa una muestra de apoyo sin precedentes para el frágil gobierno de transición somalí en la conferencia de donantes realizada en Bruselas, se utilizará para mantener y ampliar una hostigada fuerza de paz de la Unión Africana, integrada por 5.000 efectivos de Burundi y Uganda, además de entrenar fuerzas de seguridad somalíes.
Ahmedou Ould Abdullah, enviado de las Naciones Unidas a Somalia, dijo que este compromiso de ayuda económica –liderado por la Unión Europea con u$s 72 millones, pero que incluye un sorpresivo compromiso por parte de Irak– superó lo que se había pedido.
El enviado agregó que también le resultó alentadora la cantidad de diplomáticos internacionales de alto nivel que participaron del encuentro.
Algunos delegados tomaron estas señales como indicios de que los países están empezando a comprender que los barcos de las fuerzas navales de distintos países que ahora patrullan el Golfo de Adén y el Océano Indico serían insuficientes para controlar un brote epidémico de ataques de piratas somalíes.
Estos ataques han hecho trepar los costos de seguro de navegación y obstaculizan el comercio internacional. “No se puede enfrentar de manera efectiva la piratería en el mar a menos que se enfrenten las causas en tierra, que son la insurgencia y la anarquía , le dijo al Financial Times Nicholas Bwakira, enviado de la Unión Africana ante Somalia quien, junto con otros delegados, expresó su optimismo porque considera que Sharif Ahmed, el nuevo presidente somalí, está haciendo esfuerzos reales para reconciliar a los clanes que están enfrentados y reestablecer la autoridad del Estado.










