Corría el año ‘94, la Selección Argentina viajaba al Mundial de Estados Unidos con un rumbo incierto y pese a las primerísimas figuras que integraban el equipo albiceleste, el conjunto de Basile no era candidato a ganar la Copa.

Sin embargo, con esfuerzo y buena racha el seleccionado se iba ganando un lugar en el torneo más importante del fútbol. Pero el fatídico 25 de junio un hecho torció la historia que la Argentina pretendía marcar en Boston.

Luego del triunfo de Argentina ante Nigeria por 2-1, en el Mundial de EE.UU., un control antidoping a Maradona lo dejó fuera de competencia. El resultado positivo arrojaba una ingesta de efedrina, que fue combinada con otras sustancias prohibidas -norefedrina, seudoefedrina, norseudoefedrina y metaefredina- para las competencias de alto rendimiento.

"Me cortaron las piernas", declaraba entre lágrimas el mejor jugador de todos los tiempos tras enterarse que acababa de quedar expulsado del Mundial y excluído por la FIFA de toda actividad futbolística. Casi dos meses después del incidente, el máximo organismo del fútbol suspendía a Maradona por quince meses.

Diego repetía a cada instante que le habían cortado las piernas, y ese eco parecía extensible a cada integrante del plantel que no lograba reponerse anímicamente y perdía toda chance de continuar en la Copa.

Otra podría haber sido la historia, el seleccionado argentino que había llegado a EE.UU. sin expectativas se había convertido en un oponente peligroso. La inspiración futbolísitca sumada a las estrellas que componían el firmamento local se hacía imbatible.

El equipo se había solidificado y ganaba jugando bien. Tenía a un inspiradísimo Maradona, apoyado por el ida y vuelta de Diego Simeone y por la calidad de Fernando Redondo en el mediocampo. Además era dueño de una potencia ofensiva aniquiladora con Caniggia y Batistuta, y Abel Balbo guardado en el cargador.

Sin Maradona, anímica y futbolisticamente, el equipo se había quebrado.

El campeón fue Brasil que venció 2-0 a Rusia (Romario y Raí), 3-0 a Camerún (Romario, Marcio Santos y Bebeto) e igualó 1-1 con Suecia (Romario -B- y K. Andersson -S-), en la fase inicial. Luego eliminó progresivamente a Estados Unidos (1 a 0 -Romario-), Holanda (3 a 2 Romario, Bebeto y Branco -B- Bergkamp y Winter -H-) y Suecia (1 a 0 -Romario-); para enfrentarse a Italia en la final y superarlo por 3-2 en la tanda de penales tras igualar 0-0 en los 120 minutos de juego. Tercero quedó Suecia que le ganó 4-0 a Bulgaria con goles de Brolin, Mild, Larsson y K. Andersson.