Por primera vez en tres años, la Bolsa española se ubicó por debajo del nivel de los 7.000 puntos a causa de la incertidumbre que existe respecto a la capacidad financiera del país europeo y por los números rojos de Repsol. El indicador selectivo Ibex 35, el principal índice de la plaza bursátil madrileña, cayó 2,42% y en lo que va del año acumula pérdidas por 19%.

A la caída contribuyó en primera medida que la calificadora de riesgo Standard & Poors rebajó la nota de la deuda de la española Repsol debido al proyecto de expropiación de la petrolera YPF por parte del Gobierno. La calificación se redujo a BBB-desde BBB y quedó a sólo un paso del nivel de bono basura. La nacionalización de YPF empeorará concretamente las condiciones crediticias de Repsol, dijo la agencia.

Además, ayer, la calificadora Moodys puso en revisión a la baja la calificación de Repsol, por considerar que la decisión argentina de expropiar el control de YPF podría reducir la escala y diversidad de negocios de la compañía española.

Los valores de Repsol lideraron las caídas del Ibex 35 con un recorte de 4,77% mientras que el banco BBVA retrocedió 4,52% y Santander hizo lo propio por 3,56%. Los mercados no están siendo objetivos y buscan cualquier excusa para atacar todo lo que tenga que ver con España, dijo Soledad Pellón, estratega de mercados de la española IG Markets.

Pellón dijo que un informe de JPMorgan apuntaba que los bancos españoles conservan aún cerca de 90.000 millones de euros del programa del Banco Central Europeo, lo que les daría incluso la posibilidad de cubrir todo lo que le queda al Estado por emitir en lo que queda de año. No es entonces un problema de liquidez, sino principalmente de confianza, señaló la analista.

Por otro lado, la subasta de deuda realizada por el Tesoro Público español tampoco trajo alivio entre los inversores. En su novena incursión para licitar bonos a medio y largo plazo del año, el Tesoro colocó deuda ligeramente por encima del objetivo de 2.500 millones de euros, aunque en ambos casos se tuvo que subir ligeramente el interés ofertado.

Los esfuerzos del Banco Central Europeo por inyectar liquidez han llevado a los temores de una crisis bancaria fuera de la mesa, pero los problemas siguen ahí para todos estos países, dijo Scott Brown, economista jefe de Raymond James en St. Petersburg, Florida. Tras la subasta, que se esperaba con mucha expectativa, el diferencial de la deuda española a 10 años frente a su equivalente alemán bajó hasta los 417 puntos básicos (pb), frente a los 424 pb del miércoles. Sin embargo, la brecha luego volvió a ampliarse hasta los 431 pb.