A grandes rasgos, apenas la mitad de los u$s 30.669 millones de depósitos privados son prestados, ya que los créditos en moneda extranjera suman u$s 16.295 millones, pues sólo pueden hacerlo a exportadores que cobren en divisas. La diferencia, que son u$s 14.374 millones, deben tenerlo encajado en el Central a tasa cero. Para la autoridad monetaria, es importante porque esos encajes suman como reservas, aunque brutas pero no netas. Para los bancos, es una pérdida absoluta. Por eso es que le piden al regulador poder invertir esas divisas en algo conservador como puede ser la tasa de la Fed, pero que estén dentro de una cuenta del BCRA, por si llega a necesitarlos. Así, podrían pagar más por sus tasas pasivas, ya sea la de plazos fijos en dólares como la caja de ahorro en dólares. Los ahorristas, en consecuencia, podrían verse tentados a sacar los dólares del colchón y ponerlos en el banco, tal como desea el Gobierno. O sacarlos de la caja de seguridad, y evitar ese gasto, para ponerlo aunque sea en saldo a la vista en el banco, para en lugar de tener un gasto tener un rendimiento. El Banco Nación, de hecho, acaba de lanzar a partir de julio una caja de ahorro remunerada en dólares, que rinde un 2,1% anual, con un tope de hasta u$s 10.000, cuando la caja de ahorro en dólares venía dando la nada misma: 0,05% anual. El plazo fijo a 30 días en moneda extranjera lo subió a 2,5% anual para individuos y a 2,75% anual para empresas. En pos de fomentar el uso de dólares en la economía cotidiana, el Gobierno viene hablando con los bancos para que empiecen a dar planes de cuotas en dólares, debitando dólares. En este sentido, los bancos están trabajando para que se pueda llevar a cabo, aunque no con tarjeta de crédito ni de débito, sino con dinero en cuenta, por eso se le denomina Debin programado. "Lo que se está trabajando es con Debin programado, sobre la cuenta. Ni pago con tarjeta de crédito, ni con débito. El riesgo lo asume el comercio, no la institución financiera. Como con los préstamos en dólares, la normativa vigente permite prestarle dólares a quienes los generan, que viene desde 2002", aclaran en el sector. A los banqueros, especialmente a los que pertenecen a entidades de capitales extranjeros, no les gusta la confusión de monedas, ya que señalan que la experiencia no fue buena. "Me cuesta entender que el individuo quiera endeudarse en dólares. No queremos ese riesgo de crédito. Individuos endeudados en dólares ganando pesos. Ese descalce de moneda es complejo. Y cuando pasa algo quedas expuesto. Los jueces te fallan en contra o te usan la teoría del esfuerzo compartido. Ya lo hemos vivido". "A empresas analizando riesgos les damos dólares. Hay que entender también qué pasa con la economía. Parecería ser que vamos a años con dólar barato. Puede funcionar a nivel país, ya que vamos a tener generación de dólares, pero en la micro puede haber sectores más complicados por competitividad", alertan desde los bancos nacionales. Detallan que los dólares que le prestan a los no exportadores son más caros porque no pueden provenir de depósitos, que es su fondeo barato, sino que deben emitir y los costos son mayores: "El fondeo te cuesta 4 o 5 puntos más a través de obligaciones negociables que de depósitos, así que trasladamos esos costos al cliente". Maximiliano Ramírez, titular de Lamba Consultores, advierte que si desde el Gobierno quieren fomentar el uso de dólares, debería tener alguna ventaja impositiva, como podría ser la reducción del IVA o, en el caso de las empresas, la reducción del impuesto a los débitos y créditos.