En esta noticia

Para el economista Fausto Spotorno, la prioridad del Gobierno es evitar un nuevo sobresalto cambiario y desestimó la idea de que el dólar oficial esté significativamente rezagado.

Consultado sobre si la divisa presenta un atraso significativo y si un valor más alto —similar a los $2000 que se barajaba durante la campaña de 2023— eliminaría el riesgo país, Spotorno fue contundente: “El tipo de cambio no lo veo tan atrasado”.

En diálogo con Modo Fontevecchia, el director del Centro de Estudios Económicos de Orlando Ferreres y Asociados rechazó la posibilidad de una fuerte corrección en la cotización de la divisa como herramienta de estabilización.

El peligro de un sobresalto del dólar

Utilizando una metáfora para rechazar una devaluación preventiva, el especialista graficó: “No voy a incendiar mi casa porque tengo miedo de un incendio”.

Y detalló que un movimiento significativo del dólar hacia arriba (como el ejemplo de los $2000) traería consecuencias negativas para la economía real. “Te genera un aumento de la pobreza enorme, te salta la inflación y provoca una caída de los ingresos“, detalló.

Para Spotorno, un dólar a $2000 generaría "un salto en la pobreza fenomenal".
Para Spotorno, un dólar a $2000 generaría "un salto en la pobreza fenomenal".

El economista argumentó que, si bien la teoría podría sugerir que luego de una devaluación las variables se corrigen (por ejemplo, vía aumento de exportaciones), el daño inmediato impacta a muchos sectores.

Por eso, Spotorno argumentó que, más allá del nivel nominal, hoy la prioridad debe ser la estabilidad. “Es mucho mejor evitar los sacudones de arriba para abajo, porque en la subida muchos quedan fuera del sistema”, afirmó. Y dejó una recomendación: “Lo ideal sería que la economía evolucione limpiamente y que el tipo de cambio sea algo estable”.

Las reservas, un dilema a resolver

Finalmente, Spotorno abordó las dificultades para una liberación total del tipo de cambio en el corto plazo, vinculándolo a la acumulación de reservas. Si bien reconoció que, bajo un esquema de flotación libre con una política monetaria ortodoxa las reservas no son estrictamente necesarias, sí lo son para la deuda.

Y explicó que la forma “genuina” de acumular reservas —a través de la entrada de capitales— presenta un dilema monetario para el Gobierno.

“Comprar reservas implica emitir pesos. Y si emito pesos para comprar reservas, no puedo emitir para bajar los encajes bancarios y reducir la tasa de interés. Y ahí es donde yo creo que el Gobierno está frenado hoy, en cuál es la prioridad, cerró.