Sorprendió la reunión que el presidente Javier Milei mantuvo en Casa Rosada con el Presidente de la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA), Javier Bolzico. En primer lugar, porque no haya estado Claudio Cesario, el presidente de ABA, que nuclea a los bancos de capital extranjero, ya que siempre suelen estar juntos. Tampoco estuvo Juan Cuattromo, el presidente del Banco Provincia quien es el nuevo número uno de Abappra, que nuclea a los bancos públicos. Del lado del gobierno, tampoco estuvieron sus interlocutores frecuentes, como suelen ser Santiago Bausili, el presidente del Banco Central, ni siquiera el ministro de Economía, Luis Caputo, ni el secretario de Finanzas, Pablo Quirno. Según pudo averiguar este diario por fuentes directamente involucradas, era una reunión ya agendada hace unos días, donde no fueron a pedir nada, sino intercambiar visiones y abordar temas vinculados a la evolución del crédito y desarrollo del sistema financiero. "Fue una muy buena reunión de trabajo", calificaron. También se habló de la reciente aprobación, por parte del Congreso Nacional, de la modificación al régimen fiscal de las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR), ocurrida el pasado 10 de julio. Para Adeba, ahora sí en coincidencia con las demás cámaras bancarias, esta decisión legislativa impacta negativamente en uno de los instrumentos más eficientes, inclusivos y federales para el financiamiento de las pequeñas y medianas empresas, al afectar el fondeo de las SGR, que han demostrado ser una herramienta clave para facilitar el acceso al crédito bancario en todo el país. Las SGR constituyen un puente esencial entre las Pymes y el sistema financiero, al ofrecer garantías que, por su calidad, son consideradas autoliquidables por la normativa del Banco Central. Esto no solo permite ampliar el universo de empresas con acceso al crédito, sino que también mejora las condiciones de financiamiento al reducir los requisitos exigidos y las previsiones asociadas a eventuales incumplimientos. El sistema de SGR ha funcionado durante años como un mecanismo público-privado eficiente y transparente, que ha generado impactos positivos tanto en la actividad productiva como en la recaudación tributaria. El costo fiscal asociado es ampliamente compensado por los beneficios económicos que genera, especialmente en términos de inversión, formalización y crecimiento de las Pymes, lo que a su vez genera mayor recaudación impositiva de los impuestos nacionales, provinciales y municipales. El crédito productivo en la Argentina viene creciendo con fuerza, duplicándose en términos reales en el último año, pero aún se encuentra muy por debajo de los niveles observados en países comparables de la región. Las SGR son un instrumento relevante para sostener e impulsar este proceso. Su desfinanciamiento o debilitamiento afectará directamente a la inversión, la generación de empleo y la competitividad de miles de empresas en todo el país.