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A partir del 1° de enero próximo el Banco Central pondrá en marcha la nueva etapa del plan monetario, que consiste en los nuevos techos y pisos de la banda de flotación cambiaria que se ajustarán, en más y en menos, al ritmo del último dato de los precios mensual que publique el Indec (T-2).
Así, el mes que viene se actualizarán según el IPC noviembre (2,5%). También se anunció un programa de acumulación de reservas internacionales. En ese nuevo contexto, ¿cómo evolucionará el dólar el año próximo?
Si se toma un horizonte en el que la inflación se mantendrá en un 2,5% mensual y subirá en ese nivel por 12 meses, en diciembre de 2026 estará alrededor de 1827 pesos. Sin embargo, es muy difícil saber cuál será realmente el sendero de indexación de la economía el año que viene.
“Es difícil saber qué precio va a tener el dólar en 2026, sin embargo, es esperable que mantenga bastante tranquilo en el año porque no es electoral y porque va a haber varios factores de oferta”, indicó Camilo Tiscornia, director de CyT Asesores Económicos.
El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA espera que la inflación en Argentina para 2026 esté entre 17,6% y 22 por ciento. En ese sentido, los analistas intentan hacer sus proyecciones de cómo evolucionará el tipo de cambio bajo el nuevo esquema.
“Es difícil saber qué precio va a tener el dólar en 2026, sin embargo, es esperable que mantenga bastante tranquilo en el año porque no es electoral y porque va a haber varios factores de oferta de dólares que pueden ayudar a contener en un estado de confianza poste elecciones”, indicó a El Cronista Camilo Tiscornia, director de CyT Asesores Económicos.
Cosecha y kilowatts
Con una buena cosecha por delante y el sector energético que aporta más dólares, el analista sostuvo que hay una buena posibilidad de que la divisa no tenga un comportamiento explosivo en 2026.
Martín Sarano, economista de la Fundación Internacional Bases, describió que trabajan sobre tres supuestos para 2026. “El primero es que la Argentina vuelve a conseguir financiamiento internacional para refinanciar vencimientos; el segundo, que la economía se remonetizará y el tercero, que la oferta de dólares va a ser igual o mayor que en 2024 y 2025”, detalló.
Bajo ese escenario, coincidió en que, si agregamos que no hay eventos electorales, deberíamos tener un dólar tranquilo. “La clave es si la demanda de dinero efectivamente aumenta. Eso le va a poner un piso porque el BCRA se va a ‘animar’ a comprar reservas, minimizando los fogonazos inflacionarios”, dijo.
A lo que el analista Gastón Lentini aportó que, “con algo de viento de cola, puede mantenerse estable en este equilibrio de 2% mensual de inflación y 2% de devaluación del techo de la banda, ya que las tasas de los créditos también deberían estabilizarse”.
Cisnes negros
Según su mirada, la entrada de dólares también es un elemento esencial. “Esto se puede dar porque los argentinos sacan los que tienen en el colchón, porque crece la inversión extranjera directa, porque ingresan capitales por el Régimen de Incentivo a la Grandes Inversiones (RIGI), o porque se dan nuevas emisiones de deuda de empresas o provinciales o incluso si baja el riesgo país y el estado nacional efectiviza un rolleo de bonos”, apuntó.
Los meses de abril y mayo serán clave en ese sentido por la liquidación de la cosecha gruesa y a los dólares del agro se sumarán los de Vaca Muerta. Así, si la demanda de dinero no aumenta, probablemente, haya un tipo de cambio quieto.
No obstante, algunos elementos pueden darle volatilidad, como un escándalo político, un escenario muy adverso a Trump en las elecciones de medio término en los Estados Unidos o que se traben las reformas del oficialismo.
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