

Borrón y cuenta nueva. Wall Street pasa página al capítulo de estímulos envuelta en un halo de decepción por la inactividad de la Reserva Federal a la hora de implementar un EQ3, y por el aplazamiento del Banco Central Europeo en la aplicación de medidas extraordinarias para apoyar al euro, tal y como prometió hace semanas su presidente.
Eliminada la incertidumbre sobre las decisiones de los bancos centrales, los inversores volverán al análisis de una agenda macroeconómica menos abultada que semanas atrás, cuyo protagonista es el dato de comercio internacional, también conocido como balanza comercial de bienes y servicios, según destaca Sala de Inversión.
A este respecto, los expertos anticipan una reducción en el déficit comercial estadounidense de 1.700 millones de dólares a 47.000 millones, posible gracias al abaratamiento del petróleo y los metales durante el mes de junio y su repercusión en el monto de importaciones. No obstante, no hay que descartar una posible merma en las exportaciones de productos ’Made in USA’ a consecuencia del impacto de la crisis de Europa.
Otra cifra escrita en tinta roja a tener en cuenta es el déficit fiscal, que ya en junio se amplió a 60.000 millones de dólares, pese a que los ingresos del gobierno de los EE.UU. alcanzaron máximos de cinco años. Todo apunta a que el déficit superará un billón de dólares por cuarto año consecutivo para el año fiscal que acaba en septiembre, algo que los republicanos echan en cara a la administración demócrata a la que acusan de gastar más de la cuenta.
Otro dato de gran importancia es el de la productividad no agrícola del segundo trimestre con un crecimiento anticipado de 1,5%, tras el batacazo de 0,9% registrado durante los tres primeros meses del año. También se espera que los costos laborales aumenten un 0,3%.
Por otra parte, los créditos al consumo serán un punto de referencia importante respecto al estado de las finanzas de los estadounidenses, que atendiendo a los fuertes repuntes en los últimos meses, parecen estar endeudándose a través del uso de tarjetas de crédito para compensar los menores ingresos. Asimismo, los inventarios mayoristas de junio darán buena cuenta del estado de la demanda para el sector empresarial de los EE.UU. Cierra la agenda económica la primera referencia inflacionaria del mes de julio, los precios de importación, con un descenso anticipado de 0,5%.
Hasta hace unas semanas en el entorno corporativo las proyecciones apuntaban a un continuado incremento en las ganancias, pero la debilidad económica mundial ha forzado a las empresas a reducir estimaciones y costes. Actualmente, el ratio de comparación de previsiones positivas y negativas para el tercer trimestre del año es el peor desde 2001, y se anticipa que ganancias e ingresos de las empresas del S&P 500 caerán 0,4% respecto al año anterior.
Con la temporada de resultados del segundo trimestre por concluir en los EE.UU. el mercado pasará revista durante las próximas cinco jornadas a las cuentas de Disney, News Corp, y Washington Post en la industria de medios, y a los balances de Macy’s, JCPenney y Nordstrom en el sector de distribución. Con éxitos cinematográficos como ’Brave’, la última creación animada de los estudiosPixar, Disney posiblemente alcancelos 92 centavos de ganancias estimados por los expertos. En tanto la mayor cadena minorista de departamentos de EEUU, Macy’s, en plena carrera por ganar cuota de mercado en el sector, podría obtener 32 centavos por acción.











