
Para muchos operadores bursátiles e inversores, el uso de Twitter se convirtió en algo tan habitual de su rutina diaria como sentarse frente a la terminal de Bloomberg o la pantalla de Reuters.
Si bien algunos bancos prohiben el acceso al sitio de de microblogging, muchos profesionales del sector financiero dependen de él para recibir desde los chistes internos hasta las últimas noticias y la distribución de investigaciones serias.
Las conversaciones por Twitter sobre determinados títulos valores del Russell 1000 pasaron de ser unos cientos de miles de mensajes por trimestre en 2011 a sumar varios millones a principios de 2014, según Gnip, una compañía norteamericana que brinda datos sobre medios sociales a hedge funds. El año pasado fue comprada por Twitter.
La influencia de Twitter como proveedor de información tuvo su reconocimiento hace dos años cuando la Securities and Exchange Commission (SEC), el regulador de los mercados estadounidenses, permitió a las compañías tuitear actividad corporativa. Compañías como Bloomberg también incorporaron algunas cuentas en su terminal.
Hasta ahora, ha sido difícil determinar su función como fuente de actividad bursátil específica en los mercados financieros del mundo. Pero la lista de tuits que condujeron a movimientos bursátiles mensurables viene creciendo.
Un tuit falso proveniente de una cuenta de Associated Press que había sido hackeada hizo caer 140 puntos al Promedio Industrial Dow Jones en 2013 y momentáneamente sacudió los mercados de futuros y commodities. Cuando el multimillonario Carl Icahn usó el sitio para dar a conocer su posición en Apple, la capitalización bursátil del grupo tecnológico subió u$s 12.500 millones.
Durante varios años, algunos traders y hedge funds exploraron diferentes maneras de avanzar con las operaciones bursátiles basadas en Twitter creando logaritmos capaces de leer noticias y ánimos, y generar operaciones automáticas.
Bolsas y proveedores de datos como Deutsche Börse y Thomson Reuters hace tiempo desarrollaron servicios para que los inversores hagan operaciones basadas en noticias económicas y otros textos provenientes de fuentes confiables como los ministerios de finanzas de los países.Los nuevos algoritmos escanean mensajes en busca de frases clave como "alza", "caída" y "advertencia" y clasifica las noticias en positivas, negativas y neutrales.











