
La superabundancia de shale, los temores por el crecimiento económico global y los estándares ambientales más estrictos inquietan a los productores de petróleo crudo
Es un momento difícil para ser inversor en acciones de petróleo y gas.
Los precios del crudo están al doble de los niveles de 2016, cuando se derrumbaron a menos de u$s 30 el barril, pero el sector de exploración y producción (E&P) estadounidense, medido por un índice seguido por S&P Dow Jones, cotiza en su piso de 15 años.
Las razones que explican la apatía de los inversores son múltiples, desde los temores a largo plazo por el futuro de la industria del combustible fósil hasta preocupaciones de corto plazo sobre la capacidad de generar efectivo que tiene esta nueva raza de compañías perforadoras de shale.
Pero el pesimismo es inconfundible. En medio de una venta masiva generalizada, la porción de la energía en la capitalización bursátil del S&P 500 disminuyó a menos de 4,5%, comparado con el 15% hace una década. Hoy esa porción es aún menor que durante el auge de las puntocom en los años noventa, cuando las acciones tecnológicas subían de manera descontrolada y los precios del petróleo se derrumbaban a menos de u$s 10 el barril.
Algunas administradoras de fondos ven una oportunidad para elegir acciones sobrevendidas baratas, pero otras ven muchas más para ganar dinero en otros sectores.
"Solía invertir en acciones de gas y petróleo y dormir tranquilo", contó Tom Sanzillo, director de finanzas del Institute for Energy Economics and Financial Analysis, y ex gestor del fondo de pensiones del Estado de Nueva York. "Apple es mucho mejor que perder tiempo en esta industria que se muere".
Jennifer Rowland, analista de acciones en Edward Jones, señaló que las acciones del sector energético quedaron atrapadas en un círculo vicioso donde los inversores le dan la espalda a la industria, lo que lleva a un desempeño inferior y entonces un mayor abandono. Contó que algunas de las acciones de E&P más chicas de EE.UU. fueron "totalmente aplastadas" en los últimos meses, y que los inversores "ganan si están sólo 10% abajo".
Una inversión de u$s 1 millón en el índice E&P norteamericano de S&P a principios de 2016 habría perdido cerca de u$s 240.000 desde entonces, y los pagos de dividendos no pueden compensar la pérdida del valor del capital de las empresas.
Un factor son los mercados de gas y petróleo bajistas, sostienen los analistas. Este año los precios del crudo se recuperaron de los pisos del cuarto trimestre, pero el mercado se muestra volátil y los días del crudo a u$s 100 el barril no volverán como resultado del enorme crecimiento de la producción de shale en EE.UU.
Las acciones de petróleo también se vieron golpeadas por la probabilidad aparentemente cada vez mayor de que la guerra comercial entre EE.UU. y China se prolongue en el tiempo. Mientras tanto, los temores a una desaceleración económica global apartaron la preocupación por la menor oferta debido a las sanciones norteamericanas que recortaron las exportaciones iraníes y pesan fuerte sobre la producción de Venezuela.
Dada la volatilidad, los inversores no pueden descartar un derrumbe de precios que provoque un fuerte impacto sobre los ingresos de las compañías.
Stewart Glickman, analista de acciones energéticas en CFRA Research, señaló que los productores de hidrocarburos perdieron la confianza de los inversores por dos razones fundamentales, además de la imprevisibilidad de los precios del petróleo. Por un lado, aseguró, el sector no mostró disciplina en los recortes de costos incluso cuando los valores del crudo eran mejores.
"Las firmas de exploración y producción tienen antecedentes de no generar flujo de caja", contó. "No se ayudaron a si mismas cuando el precio del petróleo era alto".
Muchos inversores también hasta se niegan a apostar a los productores de petróleo de alto crecimiento debido a que tienen fama de no cumplir totalmente con los estándares ambientales, sociales y de gobernanza.
Sin embargo, algunos sostienen que la venta de acciones lleva tanto tiempo que las valuaciones ahora alcanzaron niveles que probablemente no den lugar a grandes caídas.
Darren Sissons, socio de la administradora de inversiones Campbell, Lee & Ross con sede en Toronto, dijo que el petróleo y el gas están "muy subponderados en las carteras de los inversores y las exposiciones deberían eventualmente subir, dado que el mundo sigue siendo dependiendo mucho de los combustibles fósiles para la generación de energía.
Otros optimistas del sector concuerdan en que las grandes petroleras integradas cautivan cada vez más porque producen flujos de caja elevados y constantes y que dadas sus hojas de balance sólidas, están bien posicionadas para hacer una exitosa transición a la economía baja en carbono.
Pero si bien las grandes petroleras de alta calificación pagan dividendos que en muchos casos son superiores a los rendimientos de los bonos altamente riesgosos, el ánimo prevaleciente aún es de cautela.
Algunos analistas empiezan a pensar que el actual entorno -de precios de acciones bajos y ánimo de desolación- podría bien ser la nueva normalidad.
Traducción: Mariana Oriolo











