
Imaginemos a cinco amigos reunidos con la idea de construir una casa de veraneo. El único problema es que no se ponen de acuerdo en cuánto debería costar, dónde ubicarla o quién tendría que pagarla.
Algo así ocurre con los líderes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica después de haber terminado la cumbre anual de los BRICS en Durban. Todos concuerdan en que es buena idea crear un banco de desarrollo para los BRICS. Será un canal de fondos para los países en desarrollo, administrado por países en desarrollo e independiente del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, donde todavía predomina el mundo desarrollado.
Avanzaron poco desde el encuentro del año pasado en Nueva Delhi, donde por primera vez se propuso formar un banco de desarrollo.
Los funcionarios de los cincos países acordaron financiar al banco con un capital de u$s 50.000 millones. Sin embargo, discrepan en cuanto a cómo integrarlo: si todos debieran aportar en partes iguales (u$s 10.000 millones cada uno) o si los aportes tendrían que reflejar las grandes diferencias en su PBI. La economía de china es cuatro veces el tamaño de la rusa y cerca de 20 veces la sudafricana.
No es sólo cuestión de quién puede hacer frente a eso y quién no. Tampoco acordaron quién brinda el personal para el banco, a donde se prestará el dinero, entre otros temas. Igual de polémico es dónde ubicar la casa matriz.
China, como fuerza dominante en el grupo BRICS, sin duda que querría que el banco esté en Beijing. Sudáfrica asegura que la entidad debería centrarse en frica (como el continente más necesitado de fondos de desarrollo) por lo que sugeriría una preferencia por Johannesburg. El grupo de los BRICS enfrentan tres dificultades básicas.
Primero, cualquiera sea el orden en el que posen para las fotos de la cumbre, los líderes no pueden evitar que China sea mucho más grande que el resto, que tenga antecedentes económicos más sólidos y que proyecte mucho mejor su poderío económico en el resto del mundo. Beijing se estará preguntando qué es exactamente lo que un banco BRICS le puede ofrecer que no pueda hacerlo su estatal Banco de Desarrollo de China.
Segundo, si bien los BRICS quieren hacer causa común en lo que respecta a gobierno económico mundial, deben demostrar que pueden hacerlo en la práctica. Que no hayan podido presentar un candidato conjunto en la carrera de 2011 por el liderazgo del FMI (cuando Christine Lagarde de Francia fue designada directora general) fue un mal precedente. Perdieron una oportunidad similar al año siguiente cuando se nombró un nuevo presidente del Banco Mundial.
Por último, las diferencias entre los cinco miembros son tan significativas como sus similitudes. En economía, por ejemplo, Brasil, Rusia y Sudáfrica son grandes exportadores de recursos. China y la India, importadores. En política, hay grandes tensiones entre China e India; asimismo, Rusia y China compiten por influir en el centro de Asia. China es un estado comunista, Rusia un ex estado autoritario comunista. Los otros son democracias.
La cumbre de Durban no fue un fracaso. El fondo de u$s 100.000 millones para combatir crisis cambiarias es una útil declaración de compromiso político aún cuando las ventajas prácticas puedan ser limitadas,
Los líderes del grupo BRICS deben mantener una dosis de realismo en cuanto al alcance de su cooperación. Si pueden crear un banco BRICS, está muy bien. Si no pueden, deberían retroceder antes de que el plan se convierta en una vergüenza política.











