La sorprendente victoria del presidente argentino Javier Milei en las elecciones de medio términole brindan una oportunidad única de implementar una reforma duradera para la atribulada economía del país. Pero para lograrlo, tendrá que demostrar una nueva capacidad para forjar alianzas políticas.
Aunque el partido La Libertad Avanza de Milei triunfó en amplias zonas del país sudamericano, acaparando más del 40% de los votos, lo hizo desde una base parlamentaria muy pequeña. El presidente aún necesitará el apoyo de partidos centristas más pequeños para aprobar las reformas laborales y fiscales que, según él, reactivarán la economía.
Milei "ha obtenido una nueva dotación de legitimidad y capital político", afirmó Alberto Ramos, economista jefe para América Latina de Goldman Sachs. "Esperemos que ahora pueda demostrar habilidad política y capacidad de compromiso para aprobar algunos de estos proyectos de ley. Pero no es una señal de que todo está bien".
Los volátiles votantes argentinos sorprendieron a encuestadores, inversores e incluso al propio Milei, quien admitió en una entrevista televisiva el lunes que no esperaba un resultado tan favorable.
La ralentización de la economía y tres escándalos de corrupción habían afectado a la popularidad del gobierno. Las encuestas de opinión apuntaban a un resultado mucho más ajustado, después de que la principal oposición peronista de izquierda triunfara en la provincia de Buenos Aires, un referente en el panorama electoral, el mes pasado. Sin embargo, finalmente, LLA se impuso en la provincia por un estrecho margen, con una diferencia de 14 puntos.
Cristián Buttié, director de CB Consultora, una de las pocas encuestadoras que pronosticó una victoria clara de Milei, afirmó que la victoria anterior de los peronistas resultó contraproducente al reavivar el fuerte rechazo latente de los votantes al movimiento de izquierda y al caos económico que heredó Milei. "Llevó a gran parte del electorado a definir su opción menos mala, porque el recuerdo del Ejecutivo anterior aún está fresco, no porque esté satisfecho con las acciones de este Gobierno", explicó.
Milei describió las políticas económicas peronistas como una "autopista de cuatro carriles" hacia "Venezuela o Cuba", afirmando que los argentinos habían optado por su apuesta por la libertad y la prosperidad.

El apoyo de Washington fue fundamental para la supervivencia de Milei.Mientras el presidente Donald Trump lo elogiaba como un aliado estratégico clave contra China, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, prometió un rescate de hasta 40.000 millones de dólares cuando el peso se devaluó tras las elecciones de Buenos Aires.
El respaldo estadounidense le dio al presidente argentino un respiro vital para llegar a las elecciones del domingo sin una devaluación políticamente devastadora.
Milei había intentado apoyar el peso como parte de su esfuerzo por controlar la inflación. Recortó con éxito los aumentos de precios del 118% anual cuando asumió el cargo al 32% actual, aunque a costa de infligir un duro golpe económico a los más desfavorecidos.El apoyo electoral significa que "es el momento adecuado para adoptar un tipo de cambio totalmente flotante", afirmó.
Sin embargo, Alejandro Werner, quien supervisó el rescate récord de U$S 57.000 millones del FMI a Argentina en 2018, advirtió que Milei ahora debe liberar completamente el tipo de cambio del peso, además de aprobar un presupuesto y obtener nuevo apoyo del FMI y del sector privado para refinanciar U$S 17.000 millones de deuda externa que vencen el próximo año.
El respaldo electoral significa que "es el momento adecuado para pasar a un régimen de flotación total", señaló. "Si no quieren hacerlo solo por demostrar que tienen razón, eso sería infantil".
Mientras tanto, la izquierda fracasó en sus intentos de avivar el nacionalismo argentino al presentar a Milei como una marioneta de EE.UU.
Aunque el peronismo ha dominado el gobierno argentino durante las últimas tres décadas, sus dos rostros más conocidos -la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof- han perdido fuerza.
Fernández de Kirchner fue condenada por delitos de corrupción, y Argentina está luchando para evitar el pago de una indemnización de 16.000 millones de dólares en un tribunal estadounidense por la expropiación en 2012 de la petrolera YPF, supervisada por Kicillof.
"El peronismo atraviesa una crisis muy grave. Claramente, la imagen del partido ha sido dañada", afirmó Ignacio Labaqui, consultor senior de Medley Global Advisors.
El poder recae ahora en el excéntrico Milei, queblandió una motosierra en mítines electorales para señalar su compromiso de recortar el gasto público y arremetió contra sus posibles aliados.
Milei declaró el lunes en una entrevista que estaba "absolutamente" convencido de que necesitaba negociar el apoyo de los gobernadores provinciales para aprobar importantes recortes de impuestos y reformas del mercado laboral.
Pero también apoyó firmemente a su hermana y jefa de gabinete, Karina Milei, y a su gurú de las redes sociales, Santiago Caputo, que han sido asociados con un estilo político más partidista. Al preguntársele si su dependencia de ellos cambiaría, Milei respondió: "No, eso no cambiará. Son los artífices de todo esto".
Milei se encuentra ahora en una encrucijada, afirmó Carlos Malamud, especialista en América Latina del Real Instituto Elcano de Madrid. En su opinión "Tiene todo lo necesario, si acierta, para ser reelegido en 2027 y liderar una profunda transformación de Argentina. Pero si la arrogancia lo domina de nuevo, el resultado será otro fracaso de la política argentina".














