
Pese a que sus rivales habían debutado en Bolsa, durante mucho tiempo Goldman Sachs siguió siendo una firma no cotizante. Cuando finalmente decidió zambullirse en el mercado de valores en 1999, anunciaba niveles de rentabilidad casi absurdos: retornos sobre el capital superiores a 40% algunos años, cifras dos veces superiores a la competencia.
Una década después, bajo la conducción de Lloyd Blankfein, Goldman evitó el destino de Lehman Brothers, Merrill Lynch y Bear Stearns. Llámelo mejor gestión de riesgos. Atribúyalo a la gran venta corta que colocó Goldman en el mercado hipotecario. O se debió su lema extraoficial de ser avaro a largo plazo.
Haber sobrevivido a la crisis y crecer inmediatamente después constituía el máximo atractivo de un banco de inversión que inspiraba más respecto, envidia, temor y odio que cualquier otro.
Pero en los últimos trimestres, algo extraño ha sucedido: Goldman empieza a no verse tan excepcional.
Cuando informó los resultados del primer trimestre, el director financiero Harvey Schwartz pudo hacer alarde de un desempeño considerablemente bueno en banca de inversión, un desempeño bastante sólido en renta fija y un retorno sobre la inversión que fue el más alto en nuestro grupo de pares.
Todo es cierto. Pero esto aceleró las pulsaciones de los inversores y dejó temblando de miedo a sus rivales.
Goldman tuvo su mejor trimestre en banca de inversión desde 2007. Pero hubo tono de cautela hasta en eso. Se perdió grandes operaciones de fusiones o adquisiciones, a veces por respaldar al caballo equivocado, como en la unión Time Warner-Comcast. Pero también está cediendo terreno a bancos boutiques como Perella Weinberg, Evercore o Moelis. Goldman todavía tiene excelentes oficiales de banca de inversión. Es sólo que otros cerraron la brecha.
Una señal de que sus desempeños excepcionales llegaron a su fin se observó la semana pasada, cuando Goldman respondió públicamente preguntas de reporteros tras varios trimestres siendo el único banco que no lo hacía.
Los inversores ya no pagan por Goldman como si fuera excepcional. Recuperar la prima va a ser una tarea difícil para lo que queda del reinado de Blankfein.











