El sector manufacturero chino creció en febrero a su ritmo más rápido en más de una década, en una de las señales más claras de que la segunda economía mundial está dejando atrás las consecuencias del brote de Covid-19 y de años de restricciones por la pandemia que limitaban el crecimiento. El índice oficial de gestores de compras (PMI, por sus siglas en inglés) del sector manufacturero se situó en 52,6 el mes pasado, según la Oficina Nacional de Estadística, por encima de la lectura de 50,1 de enero y superando las expectativas de 50,5 de los economistas. La lectura fue la más alta desde abril de 2012. Una cifra superior a 50 en el índice, que encuesta a las empresas sobre su actividad, indica una expansión, mientras que por debajo señala una contracción. Los datos son un primer indicio de recuperación en toda la economía china, que creció sólo un 3% el año pasado bajo las restricciones de la política de Covid-cero del presidente Xi Jinping y una ola de infecciones en las grandes ciudades. La decisión de Beijing de deshacer abruptamente las restricciones en diciembre impulsó una reanudación gradual de la actividad. "Si el punto de partida es muy débil, como lo fue a fines del año pasado, es obvio que habrá una mayor proporción de empresas que experimenten una mejora", afirmó Julian Evans-Pritchard, economista jefe para China de Capital Economics. "Esto no significa que el nivel de actividad económica en China haya vuelto a niveles saludables, pero sí que se está moviendo rápidamente en esa dirección". Aunque en general se espera que el crecimiento repunte este año, los responsables políticos chinos, que se reunirán en Beijing este fin de semana para celebrar la Asamblea Popular Nacional, siguen lidiando con un sector inmobiliario en crisis y la caída de la demanda mundial de exportaciones. Otros indicadores apuntan a un mayor impulso de la recuperación. El índice Caixin China General Manufacturing PMI, un indicador privado muy seguido que se centra menos en las empresas estatales, registró en febrero su primera expansión en siete meses (51,6), mientras que los datos de China Real Estate Information indicaron que las ventas de viviendas aumentaron el mes pasado por primera vez en casi dos años. La lectura oficial del PMI manufacturero se vio impulsada por cifras especialmente sólidas de producción y nuevos pedidos, lo que indica un resurgimiento tanto de la demanda como de la oferta. Sin embargo, el subíndice de inventarios de materias primas en las fábricas siguió en contracción, mientras que el indicador de niveles de empleo sólo registró una leve expansión. El entusiasmo por la reapertura económica de China no es universalmente compartido. Una encuesta publicada este miércoles por la Cámara de Comercio de Estados Unidos (AmCham) en China reveló un pesimismo persistente entre las empresas estadounidenses, con un 24% que afirmaba estar considerando trasladar la fabricación o la contratación fuera del país, un aumento de 10 puntos porcentuales respecto al año pasado. Colm Rafferty, presidente de AmCham China, afirmó en un comunicado que las relaciones bilaterales entre China y Estados Unidos se habían vuelto "cada vez más complejas de gestionar para la comunidad empresarial estadounidense en China". El informe se publicó semanas después de que la Cámara de Comercio Europea solicitara un mayor acceso para las empresas extranjeras y criticara la política de Covid-cero. En el resto de la región, la suba de las tasas de interés arrastró la actividad de las fábricas japonesas, que se contrajeron en febrero a su ritmo más rápido en más de dos años, según una encuesta privada. Por su parte, las exportaciones surcoreanas registraron su quinto descenso mensual consecutivo.
La actividad china se dispara y crece al ritmo más rápido desde 2012