
El sueño chino mencionado por el nuevo presidente del gigante oriental, Xi Jinping, se está convirtiendo en una pesadilla para algunas de las corporaciones más poderosas del mundo.
En su discurso de asunción a la presidencia en marzo, Xi dio a entender que asumiría un enfoque más agresivo para destacar el poder económico de China. Y desde entonces, son muy frecuentes las investigaciones del gobierno y los informes de los medios de comunicación estatales apuntados a inversores extranjeros.
Los funcionarios púbicos sostienen que esto simplemente refleja sus mayores esfuerzos por erradicar las malas prácticas en las empresas, pero algunos ejecutivos se quejan de que los grupos extranjeros son objeto de controles particularmente severos desde que asumió el nuevo liderazgo.
Esas sospechas se acentuaron la semana pasada, cuando la poderosa Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo (CNRD) multó con u$s 110 millones a seis fabricantes de leche para bebés por aplicar políticas de precios anticompetitivas.
Cinco de las seis compañías son multinacionales conocidas incluyendo Mead Johnson de Estados Unidos, la unidad Dumex de la norteamericana Danone y el grupo Fonterra de Nueva Zelanda. Es la primera vez que se exige el cumplimiento del artículo 14 de la ley antimonopolio china de 2008, que prohibe a las empresas fijar pisos para los precios minoristas d sus productos, y tuvo lugar sólo semanas después de una explosiva investigación policial por supuestos sobornos por parte del personal de GlaxoSmithKline, el grupo farmacéutico británico.
Ninguna de las compañías de leche en polvo está apelando las sanciones aplicadas por la CNRD y GSK admitió que algunos de sus empleados podrían haber violado la ley china.
Otros inversores en China tuvieron que enfrentar campañas de medios estatales que los acusaban de pecados menores como fallas en los controles de calidad y deficiente servicio al cliente. El CEO de Apple, Tim Cook, ofreció un disculpa en público en abril por los malentendidos y recalcó el inmenso respeto que siente su compañía por China. Los medios estatales habían acusado a la compañía de comportamiento avaro y incomparablemente arrogante, citando quejas sobre el mal servicio posventa que reciben los clientes chinos.
Volkwagen retiró del mercado 380.000 vehículos por problemas en la caja de cambios conocidos a partir de un informe publicado en marzo por CCTV, el canal de televisión estatal.
Para algunos ejecutivos, los casos surgidos en los cinco meses desde que Xi y su premier Li Keqiang formalmente asumieron el poder, han sido demasiados para considerarlos una coincidencia. Quizás hayan encontrado algo contra las tres empresas (extranjeras), aseguró un abogado que defendió a una multinacional en la investigación sobre la leche de fórmula. Pero, ¿ y las empresas chinas?, agregó.
Como funcionario del gobierno, perseguir a las compañías estatales es difícil, explicó Steven Bing, analista que anteriormente trabajó en China para varios grupos farmacéuticos occidentales. Por lo tanto, si quieren demostrar que están cambiando el sistema, no les queda otra que apuntar a los grupos extranjeros, concluyó.
Los funcionarios del gobierno chino niegan que haya un esfuerzo coordinado para atacar a los inversores extranjeros.
Algunos observadores creen que la acción contra empresas extranjeras es simplemente parte de una campaña gubernamental mucho más abarcativa. Hay otras motivaciones como apaciguar el descontento de la gente por el elevado precio de los productos y servicios esenciales. Intentan de esa manera fomentar la idea de que todos los ciudadanos participan del sueño de su presidente Xi.
Robert Parkinson, de la compañía de selección de personal RMG Selection, comentó: El costo de vida en Beijing es extremadamente elevado para los trabajadores jóvenes.











