
Los accionistas de UBS saludaron el anuncio de que Sergio Ermotti, el CEO en funciones, ocupará en forma permanente el cargo, haciendo caer 3% el precio de sus papeles. No fue la más cálida de las bienvenidas, pero está en línea con lo que ocurre en el mercado.
El riesgo es que si este ejecutivo cortés y políglota no logra convencer a los inversores cuando explique su estrategia para recuperar el brillo del banco suizo en la crucial presentación de mañana, en Nueva York, es probable que las acciones caigan mucho más.
Según analistas, el rápido ascenso de Ermotti en UBS donde ingresó en abril tras perder su puesto en el italiano UniCredit sólo es pensable en un grupo con propensión a las catástrofes. Tras recuperar con paciencia el devastado negocio de banca de inversión después de la crisis, bajo la dirección de Oswald Grübel, un veterano del sector, UBS asombró a los mercados en septiembre cuando reveló que se sospechaba que un operador de bajo nivel de Londres había rifado más de u$s 2.000 millones con posiciones a futuro no autorizadas.
Cuando Grübel inesperadamente decidió sacrificar su cargo tras el escándalo, y dado que la imagen de Carsten Kengeter, el otro candidato interno, había quedado afectada por pérdidas ocurridas bajo su responsabilidad, Ermotti era la única opción posible dentro de UBS, señalaron ejecutivos del banco.
El banco ya estaba en medio de una revisión para determinar cómo adaptarse a un clima menos rentable para la banca de inversión cuando se produjo el escándalo. Ahora Ermotti deberá encargarse de achicar y reducir el riesgo de la unidad de banca de inversión, y abandonar negocios capital intensivos que quedaron en desventaja en el marco de Basilea III, porque los bancos no tienen escala para competir con rivales fuertes.
Las actividades de banca de inversión que no respalden al negocio bandera de UBS, que es la gestión de riqueza, serán recortados o cerrados. El negocio de Renta Fija, un motor para la mayoría de los bancos de inversión en los años postcrisis pero muy golpeado por Basilea III, sufrirá los mayores recortes.











