
Mariano Rajoy sabe que sus chances de ganar las próximas elecciones generales probablemente dependan de un simple factor: que la naciente recuperación económica llegue al mercado laboral español.
En sus últimas declaraciones, el primer ministro español se mostró más confiado. Prometió en repetidas ocasiones que el desempleo será menor a fines del año próximo (cuando se celebren las elecciones) que a finales de 2011, cuando su gobierno llegó al poder. Hemos quebrado la tendencia de destrucción del empleo, declaró Rajoy el mes pasado.
Los datos más recientes del mercado laboral ofrecen cierto apoyo a las afirmaciones del primer ministro, pero también ilustran la escala del desafío que enfrenta el país en los años venideros.
En mayo, el número de desocupados registrados disminuyó en casi 112.000 contra abril, con fuertes indicios de que esa reducción no fue sólo el resultado de una fuerza laboral decreciente, sino de un verdadero incremento de la contratación de personal. La cantidad de nuevos contratos laborales creció significativamente y el número de trabajadores afiliados al sistema de seguro social aumentó en casi 200.000, la mayor suba que se haya registrado jamás.
En este momento, después de ocho meses de crecimiento continuo del empleo, podemos estar casi seguros de que ha comenzado la recuperación, señaló Marcel Jansen, profesor de economía de la Universidad Autónoma de Madrid.
Sin embargo, junto con otros expertos, Jansen advierte que al mercado laboral español herido por la crisis le tomará muchos años recuperarse completamente y que muchos desempleados enfrentan el riesgo de exclusión permanente.
De hecho, para tener una mejor idea de la profundidad de la crisis de desempleo, se deben analizar no sólo los datos mensuales, sino las encuestas trimestrales publicadas por el instituto nacional de estadísticas. La más reciente, publicada en abril, mostró que seis años después del comienzo de la crisis hay aún 5,9 millones de desocupados, cifra inferior al máximo histórico del año pasado, pero no mucho menor.
La encuesta confirmó que la fuerza laboral española se está reduciendo cada vez más. Esto es en parte debido a la migración, pero también a que muchos desempleados se han desilusionado tanto que han dejado de buscar empleo y quedaron fuera de las estadísticas.











