
Un español o británico desempleado sentiría desconcierto, y con razón, frente a la preocupación por los números de crecimiento trimestral de India, que son la envidia de muchos.
Los datos recientemente publicados probablemente demuestren que el producto bruto interno de la India creció cerca de 5,5% interanual en el tercer trimestre. Es una cifra muy inferior al 8% o 9% de los años felices, pero se destaca en la estancada Europa.
Sin embargo, quienes buscan trabajo como Mohit Goswami y Sujay Kumar Patwari descubrieron una alarmente peculiaridad en esta la próspera economía india: casi no está creando empleo formal, y definitivamente no genera los 10 millones de empleos anuales necesarios para absorber a la mano de obra que ingresa al mercado por el simple el crecimiento de la población.
Goswami, un economista de 24 años, hace más de tres años que busca empleo en un banco estatal. La competencia es mucha y hay mucha gente en nuestro país. Es sólo uno de los indios que componen la población laboralmente activa que crecerá de 749 millones a 962 millones en dos décadas a 2030, según la Federación de las Cámaras Indias de Comercio e Industria.
Patwari tiene 39 años y es licenciado en comercio con 14 años de experiencia como gerente de logística, pero tampoco encuentra trabajo en esta economía emergente, donde el comercio sin duda crecerá en los próximos años.
No es fácil. La economía está desacelerándose y las compañías se preguntan porqué deberían contratara otras diez personas, explicó. Perdió su empleo hace tres meses cuando su empleador, un fabricante cerca de Delhi que fabricaba muebles para Europa y Estados Unidos, cerró sus puertas.
La mayoría de los economistas opina que no hay secretos en cuanto a las causas de la crisis laboral de India. El primer problema es de demanda: los empleadores recelan de las leyes laborales del país que están desactualizadas (datan de 1923) y son favorables para los trabajadores, por lo que prefieren no contratar personal permanente.
A diferencia de lo que ocurre en China, las compañías en India tratan de mantenerse lo más reducidas posible para evitar ser regidas por las leyes. Como resultado, el país no construyó un sector manufacturero que requiera mucha mano de obra y orientado a las exportaciones en industrias como la textil y los inversores favorecen a las compañías que requieren mucho capital.
El segundo problema es la mala calidad de la educación y capacitación, tanto que hasta donde hay demanda de mano de obra hay escasez de oferta. India carece de trabajadores calificados para las industrias de servicios y sectores de alta tecnología.











