Durante el prolongado enfrentamiento entre Grecia y sus acreedores, la administración Obama se mantuvo mayormente al margen y cada tanto emite alguna advertencia sobre el potencial impacto económico de un default.

Pero con Grecia ahora al borde de la quiebra, Estados Unidos también empieza a preocuparse por las consecuencias políticas de una profundización de la crisis y de la posibilidad de que Rusia gane mayor influencia sobre un miembro de la OTAN.

Mientras Washington trata de mantener un frente occidental unido en apoyo a las sanciones contra Rusia por Ucrania, un default griego podría brindarle a Moscú una oportunidad para sembrar nuevas divisiones entre los aliados europeos de Estados Unidos.

"Uno puede ver fácilmente cómo esto podría ser un regalo geopolítico para Rusia", aseguró Sebastián Mallaby del Consejo de Relaciones Exteriores. "No queremos que Europa tenga que tratar con una Grecia que es miembro de la OTAN pero que de repente odia a Occidente e intima con Rusia".

Grecia fue considerada un estado de primera línea contra el avance del comunismo soviético durante la guerra fría. Su ingreso a la UE en 1981 es un factor que fortaleció su identidad como democracia occidental, algo que se profundizó 20 años después con la adopción del euro. Durante meses, la administración del presidente Barack Obama silenciosamente le ha pedido a Alemania y otros miembros de la UE tratar de encontrar una manera de resolver la disputa con Grecia. Si bien las consideraciones económicas se mantuvieron en primer plano, los diplomáticos sostienen que la posición de la UE en cuanto a Ucrania también formó parte de las conversaciones.

La visita a San Petersburgo por parte del primer ministro griego Alexis Tsipras a fines de la semana pasada sirvió de recordatorio de los actuales lazos políticos que mantiene el gobierno griego con el presidente ruso Vladimir Putin. También mostró la voluntad de Grecia de mirar hacia Moscú en un momento de máxima tensión en la disputa con los acreedores internacionales.

Con el viaje a Rusia también surgieron nuevas especulaciones de que Moscú podría estar dispuesto a prestar una importante asistencia financiera a Atenas, si bien los analistas en Washington restaron importancia a esta posibilidad dada la escala de los problemas económicos que probablemente enfrente Grecia si cayera en default.

"No es que Rusia tenga mucho dinero para barajar", aseguró Thomas Wright de la Brookings Institution en Washington. "Rusia no es un potencial gran mercado exportador, no es una nueva opción económica que no existía para los griegos antes de la crisis".

En cambio, lo que preocupa es que la prolongada inestabilidad económica que podría derivar en un default profundice en el electorado griego la hostilidad política hacia el resto de Europa, abriendo una ventana para que Rusia aumente su influencia en el país".

Durante la crisis ucraniana, Moscú se dedicó a debilitar el apoyo de la UE a las sanciones, que requieren respaldo unánime de los 28 estados miembro del bloque. Impulsó el sentimiento político pro Rusia en Hungría y en el sudeste de Europa, en parte a través de su diplomacia energética.

Angela Merkel, la canciller alemana, el año pasado advirtió sobre los planes de Rusia en la región. Su temor sobre las ramificaciones geopolíticas de una salida de Grecia de la UE es una de las consideraciones que la separa de Wolfgang Schäuble, su severo ministro de Finanzas.

Los funcionarios de la administración Obama insisten en que la UE sigue comprometida con las sanciones contra Rusia por Ucrania. "Todavía creemos que Europa sigue unida contra Rusia y confiamos en lo que estamos haciendo", aseguró John Kirby, vocero del departamento de estado, consultado sobre el potencial impacto de un default griego.

Julianne Smith, ex funcionaria de la Administración Obama que ahora trabaja en el Centro para una Nueva Seguridad Norteamericana, sostuvo que "a Washington le preocupa tanto la posible salida de Grecia como del Reino Unido de la UE. Ambas situaciones son una distracción en un momento en que necesitamos que Europa muestre un fuerte liderazgo".