
Después de dos semanas de dejar al sistema financiero sin liquidez y de decirle a los bancos que limpiaran sus propios desastres, el Banco Popular de China adoptó un tono mucho más conciliador.
En un cambio de actitud, que tiene gran parecido a la promesa de compra ilimitada de bonos que Mario Draghi hizo al Banco Central Europeo el año pasado, el banco central de China se comprometió a proporcionar liquidez a cualquier institución financiera que se encuentre corta de dinero. Lo que es más, sin nombrar ningún nombre, el banco central dijo que ya ha proporcionado este apoyo.
La semana pasada, cuando las tasas del mercado monetario en China se dispararon a dos dígitos y el mercado interbancario del país se congeló, hubieron especulaciones que sugerían que Beijing se acercaba a su momento Lehman. No obstante, el compromiso del banco central de respaldar a todos los bancos asegura que no habrán colapsos espectaculares ni hay una debacle inminente.
Es probable que las tasas de interés del mercado disminuyan significativamente en lo que resta de la semana, lo que ayudará a estabilizar el mercado y la economía real,dijo Liu Ligang, economista del banco ANZ.
La turbulencia de los mercados tuvo obvias repercusiones en el cambio de tono del banco central. La bolsa de valores se desplomó 10 por ciento durante la semana pasada y había caído un 6 por ciento el martes antes de que el banco cambiara su tono, en cuanto se difundieron rumores de una posición más favorable en el banco central se invirtió la dirección y el cierre fue casi plano.
Seguramente la luxación en el mercado de bonos de China fue de más preocupación para el gobierno. El Banco de Desarrollo de China, una entidad crediticia del gobierno, se vio obligada a emitir deuda el lunes cuando se percató de que no sería capaz de vender sus bonos a un precio razonable.
Hubo también temores de que la desaceleración del crecimiento de China podría ser mucho más aguda de lo esperado. Previamente los economistas habían pronosticado una gradual reducción del crecimiento chino hacia el 7.5 por ciento en los próximos años, desde el ritmo embriagador de crecimiento del 10 por ciento que ha visto durante la última década. En medio de la crisis de liquidez, algunos analistas vieron el 6 por ciento como una posibilidad real, pero ésta habría tenido difícil aceptación en Beijing.
La tasa de crecimiento actual se encuentra cerca del suelo que los nuevos líderes han indicado que van a tolerar, dijo Lu Ting, economista de Bank of America Merrill Lynch. Más allá del mercado y de la economía, existe otro factor en juego que ha recibido menos atención. La decisión del banco central de aumentar las tasas interbancarias tuvo en gran medida el fin de limitar el crecimiento de los flujos de financiamiento sombra. Al frenar el crecimiento del crédito, el banco central espera reducir el uso de los bancos de préstamo fuera de balance.
Sin embargo, sus acciones comenzaron a producir un efecto contrario al deseado. Al verse cortos de dinero, los bancos se vieron presionados a emitir un gran numero de productos de inversión de gestión de patrimonios de alto rendimiento para atraer depositantes.











