
Cuando el entrepreneur argentino Federico Vega hace dos años lanzó una startup que ofrece servicios al estilo Uber para la industria del transporte terrestre, el sector estaba en plena ola de robos a camiones.
En todo Brasil, pero especialmente en Río de Janeiro, el delito ha crecido, con bandas armadas que asaltan un camión cada 50 minutos al menos en esa ciudad en el 2017. Pero si bien las autoridades reaccionaron con la fuerza para combatir la ola de delincuencia, Vega recurrió a ingenieros informáticos de su nueva empresa CargoX. Al estudiar una serie de datos del sector y de seguridad, CargoX desarrolló un software que identifica riesgos y ayuda a los conductores a evitar los puntos más peligrosos para la seguridad, o si se produce un robo, avisa a la compañía en tiempo real.
CargoX dice que en Brasil se roba el 0,1% del valor de toda la mercadería transportada en camión. "Estamos cerca del 50% menos de eso, pero todavía tenemos toneladas de cosas para hacer", dijo.
CargoX es una de las tantas startups tecnológicas brasileñas que están buscando soluciones digitales al problema del delito endémico en el país más grande de Latinoamérica. El crimen organizado apunta a todo, desde robos en autopistas hasta saqueo ilegal de maderas duras tropicales en el Amazonas mientras la delincuencia online, como las estafas con tarjetas de crédito, también está desenfrenada, indican analistas.
La tradicional estrategia policial de confrontación directa es costosa, 134 oficiales de policía fueron asesinados en Río el año pasado. De ahí que más compañías recurran al análisis de datos para lidiar con la seguridad de manera más inteligente.
"Esta es una tendencia que va a ser irreversible", dijo Geert Aalbers, socios en Brasil de Control Risks, una consultora de riesgo. "Una razón es que permite asignar recursos caros, como los guardias, donde más se necesitan", agregó.
Habiendo empezado de cero hace dos años, CargoX tiene hoy más de 5.000 camioneros con su software. La compañía analiza datos de todas las fuentes para proteger a los conductores y estudia delitos anteriores para determinar qué rutas, horarios, barrios y tipos de carga representan el mayor riesgo.
Se evitan algunas estaciones de servicio donde se sabe que hay prostitución, porque esa práctica se asocia a la delincuencia.
Vega asegura que la clave está en aprender de los datos. "Todos dicen que es bueno aprender de nuestros errores, pero aún mejor es aprender de los errores de otras personas".
En el uso del big data para anticipar delitos se basa la estrategia de otro entrepreneur Pedro Moura Costa, el fundador de BVRio Institute, una organización que busca soluciones del mercado a temas ambientales.
En el Amazonas brasileño, bandas de crimen organizado a menudo usan permisos de tala oficiales para lavar madera que extrajeron ilegalmente de terrenos fuera del área de la licencia. El sistema de Costa, que analiza antecedentes de empresas que cometieron infracciones, ayuda a sus clientes a evitar despachos de madera que provenga de plantaciones ilegales.











