
Un juez ordenó a Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, presentarse a declarar por el rescate financiero a AIG en la causa en la que el gobierno está acusado de haberse apropiado ilegalmente de la aseguradora y de usarla para canalizar de manera encubierta miles de millones de dólares a entidades extranjeras.
Los abogados del gobierno habían argumentado que Bernanke tiene un puesto demasiado alto y que no era necesaria su comparecencia. Pero el juez Thomas Wheeler no aceptó. Escribió: el tribunal no puede entender cómo decidir en esta demanda multimillonaria sin el testimonio de alguien que toma decisiones clave del gobierno, y ordenó a Bernanke a trasladarse a un estudio jurídico de Washington para responder preguntas sobre dicho rescate.
El juicio fue iniciado por Hank Greenberg, ex CEO de AIG, quien sostiene que él y sus accionistas vieron su participación accionaria injustamente diluida cuando el Banco de la Reserva Federal de Nueva York adquirió un 80% del capital a cambio de u$s 182.000 millones. Pide que el gobierno lo indemnice.
El juez Wheeler señaló que había circunstancias extraordinarias, que ameritan que un alto funcionario ofrezca su testimonio en un juicio. El señor Bernanke fue una figura central en la decisión que tomó el gobierno en 2008 sobre cómo deberían manejar las dificultades fiscales de AIG. Sin su declaración, el tribunal no contaría con evidencias relevantes en su búsqueda de hechos sobre los cuales luego emitir un fallo en esta causa, explicó.
La aseguradora estuvo cerca de quebrar en septiembre de 2008, cuando Lehman Brothers se declaró en bancarrota. AIG había emitido seguros de créditos (un seguro contra defaults de títulos valores respaldados por hipotecas), los cuales perdían valor a medida que se profundizaba la crisis.
Estados Unidos otorgó a AIG más de u$s 182.000 millones de fondos de contribuyentes para evitar la quiebra a cambio de una participación mayoritaria. En su demanda, Starr International, el vehículo de Greenberg, señala que Estados Unidos lo hizo contra la voluntad de los accionistas de AIG sin el debido proceso o justa compensación.
En un caso paralelo, el Tribunal de Primera Instancia del Distrito Sur de Nueva york desestimó denuncias de que la Fed de Nueva York había incumplido su deber fiduciario hacia los accionistas cuando evitó la quiebra de AIG, que se tambaleaba porque las contrapartes de los derivados le exigían garantías.
El fallo menciona el hecho de que la Fed de Nueva York pagó a las contrapartes de AIG, incluyendo Goldman Sachs y Société Générale, a valor par por sus contratos de seguros de créditos. Se trató de un rescate en que se envió dinero del gobierno a los bancos a través de AIG.
El tribunal dijo que la Fed de Nueva York consideró que pagar a valor par era una forma rápida y relativamente segura de poner fin a la exposición de AIG a los pedidos de garantía provenientes de las contrapartes de los seguros de crédito.











