

Las compras de parte de extranjeros de participaciones de empresas brasileñas continuaron fuertes durante 2012 y las multinacionales instaladas en el país evitaron deshacerse de activos aunque la matriz se encuentre en problemas. Entre enero y septiembre, ingresaron u$s 41.000 millones en aportes de este tipo, lo que sustenta el flujo de inversión extranjera directa en Brasil, de acuerdo con datos del Banco Central (BC).
Las repatriaciones de recursos sumaron u$s 3.400 millones hasta septiembre pasado, un retorno que se concentró en el segmento de construcción civil. El número representa poco más de un tercio del capital productivo que se fue de Brasil por el camino de vender participación en empresas nacionales entre enero y septiembre del año pasado.
La industria, a pesar del mal desempeño en el año, sigue siendo el sector que atrae más inversiones productivas, con u$s 17.400 millones, o 44% del total. El sector de servicios, ramo de actividad que crece más en el Producto Bruto Interno (PBI) por el lado de la oferta, está en segundo lugar, con 42%.
Los analistas consideran que los inversores no residentes continúan atentos a oportunidades en segmentos vinculados a la demanda interna y en los que las posibilidades de importación son limitadas, lo que explica el liderazgo que mantiene la industria alimenticia y de productos farmacéuticos entre los aportes en el segmento de manufacturas.
Luis Afonso Lima, presidente de la Sociedad Brasileña de Estudios de Empresas Transnacionales y de Globalización Económica (Sobeet), afirmó que las empresas continúan destinando recursos a Brasil, enfocadas en el potencial de la demanda interna. "Por la renta y la reducción de la desigualdad en la distribución de la riqueza, el consumo crece de forma sostenida y consistente desde hace años, y las empresas no ven ese mismo escenario en el mercado de sus sedes. La frontera de crecimiento es América latina", afirmó Lima.
A pesar del número modesto esperado para el PBI este año, de 1,5%, de acuerdo con el Boletín Focus del BC, las proyecciones para el aumento de las ventas en el segmento minorista están entre 7% y 8%, según Valor Data. Hasta agosto, dato más reciente, el comercio ampliado, que incluye automóviles y material de construcción, creció 8,6%, pero las ventas de productos como artículos farmacéuticos (11,2%) y productos alimenticios (9,2%) fueron más fuertes. Son segmentos en los que la importación de productos es más difícil, aseguró Lima, lo que explica el aumento de las inversiones en fábricas en esas áreas de actividad.
Apenas para la industria de alimentos, ingresaron en el país u$s 4.200 millones para adquisiciones en el sector hasta septiembre, o 10% del total de recursos destinados a Brasil para compras de participación en capital en el período.
Antônio Corrêa de Lacerda, profesor de la Pontificia Universidad Católica de San Pablo (PUC-SP), cree que los intereses más bajos y el cambio estable a R$ 2 también son factores que atraen a los extranjeros, que observan en esa combinación condiciones de competitividad mejores a futuro.
Para Corrêa de Lacerda, los inversores no residentes miran el potencial de expansión de la economía brasileña en un momento en que se espera una larga década de bajo crecimiento en los países desarrollados. "El inversor ex tranjero da más peso a la expectativa de avance de 4% del PBI el año próximo que a la de crecimiento de 1,5% en 2012, dijo.
Con el balance afectado por la crisis, las multinacionales de economías en dificultades, como España y Japón, están enviando menos recursos a Brasil que en 2011. Al mismo tiempo, el ambiente externo no se tradujo en un aumento de la repatriación de las inversiones. Este año, el retorno de recursos cayó 72% en relación al mismo período del año pasado. A pesar de la caída de 2% esperada para la producción industrial en 2012, las desinversiones en el sector suman apenas u$s 555 millones hasta septiembre.
Para Lima, las empresas del sector de manufacturas optan por mantener los ingresos que tienen con la operación brasileña, aunque sin invertir en ampliación de la capacidad. Si hay necesidad de caja, la alternativa es deshacerse de activos en los países en crisis.
El director de investigación y negocios de Brain, asociación privada que reúne bancos y entidades del mercado financiero, André Sacconato, coincide con esa evaluación. Aunque el volumen de recursos que va hoy a Brasil sea un poco más bajo, las empresas que están aquí no quieren dejar el país. Para Sacconato, el interés pasa casi exclusivamente por el mercado de consumo doméstico, porque es prácticamente impensable tener una plataforma de exportación en Brasil.
El director de Brain considera que otro factor atractivo fue la adopción de medidas más proteccionistas, como el nuevo régimen automotriz, el Inovar Auto. Con las reglas establecidas y condiciones más favorables de importación hasta que las fábricas instaladas en el país estén produciendo, las empresas extranjeras se apuran a anunciar inversiones. La alemana BMW, por ejemplo, dijo que construirá una fábrica en el estado de Santa Catarina.
A contramano va la construcción civil, con desinversiones de u$s 1.100 millones este año, si se suman las actividades inmobiliarias y la construcción de edificios. Una buena parte puede atribuirse a la venta de dos de los principales negocios del inversor americano Sam Zell en el país, Brazilian Finance & Real Estate (BRFE) y BR Malls. El sector también atraviesa una etapa complicada, marcada por la caída en el nivel de actividad y la explosión de los presupuestos de los emprendimientos lanzados.










