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Ahora, para viajar al Reino Unido ya no basta con tener un pasaporte válido. Este año, el territorio británico ha implantado la Autorización Electrónica de Viaje (ETA), que se ha convertido en una obligación para millones de visitantes internacionales, incluidos ciudadanos españoles.

Desde el 2 de abril de 2025, la exigencia del ETA se ha extendido a todos los ciudadanos europeos con visado exento, como los españoles, que deseen visitar el Reino Unido por turismo, negocios, estudios a corto plazo o compromisos laborales permitidos.

Quién necesita solicitarla y por qué

Similar al ESTA estadounidense, el ETA es obligatorio para ciudadanos de países con acuerdos de viaje sin visado, como España, EEUU, Canadá, Australia o Japón.

No es un visado, pero sí una autorización digital para ingresar en el territorio británico. Quedan exentos quienes ya cuenten con un visado válido, residencia legal en el Reino Unido, pasaporte británico o irlandés, o los que solo transiten sin pasar por control de fronteras.

Cómo se tramita y cuánto tarda

Para solicitar la ETA, hay que utilizar la app oficial "UK ETA" o el sitio web del Gobierno británico. El coste es de 16 libras (alrededor de 18 euros) y cada persona, incluidos niños, debe tramitar su propia solicitud.

El proceso es ágil: se necesita un pasaporte en formato físico o digital, un correo electrónico, y una tarjeta de crédito o medio de pago compatible como Apple Pay o Google Pay.

Durante la solicitud, se capturan o cargan una foto del pasaporte y un selfie, y se responden preguntas sobre el historial penal, residencia y contactos de quien busca viajar.

La mayoría de las decisiones se notifica en cuestión de horas, aunque se recomienda solicitarla con al menos tres días hábiles de antelación por si el caso requiere revisión manual.

Una vez aprobada, se vincula electrónicamente al pasaporte y tiene validez de dos años o hasta la fecha de caducidad del pasaporte, lo que ocurra antes. Permite estancias múltiples de hasta seis meses cada una.

Ventajas, limitaciones y controles fronterizos

El ETA introduce mayor control de seguridad: las autoridades británicas revisan la información del solicitante antes de permitirle viajar, lo que ayuda a prevenir accesos no deseados al país. Aun así, no garantiza la entrada: el acceso definitivo sigue sometido al control de inmigración en destino.

El permiso cubre viajes por turismo, negocios, estudios cortos u otras actividades remuneradas permitidas, pero no autoriza trabajo remunerado regular sin una visa específica. Tampoco es necesario para quienes ya tienen estatuto migratorio británico o residencia legal en el país.