Pacto PP-Vox: la Comunidad Valenciana logra aprobar su presupuesto y el Gobierno lo acusa de "vergüenza"
El acuerdo entre Mazón y la agrupación de ultraderecha genera tensiones en el panorama político valenciano y nacional.
En plena negociación presupuestaria, el president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha cerrado un acuerdo con Vox para aprobar las cuentas autonómicas de 2025. La decisión ha sido celebrada por la formación de Santiago Abascal y respaldada por la dirección nacional del PP, pero ha desatado una fuerte reacción desde el Gobierno central y los partidos de la oposición en la Comunidad Valenciana.
El pacto, que garantiza la mayoría necesaria en las cortes, incluye medidas exigidas por Vox, como la eliminación de subvenciones a ONG que apoyan la inmigración, el recorte de ayudas para la promoción del valenciano y la supresión de partidas destinadas a Memoria Histórica y la Agenda 2030.
Mientras Mazón defiende que se trata de unos presupuestos de reconstrucción tras la DANA, desde el Gobierno lo califican como "vergonzoso" y acusan a Feijóo de estar entregado a la ultraderecha.
Un acuerdo clave para la estabilidad del gobierno de Mazón
Para que los presupuestos de 2025 sean aprobados, el gobierno del PP en la Comunidad Valenciana necesita el respaldo de Vox, cuyos votos resultan imprescindibles en las Cortes Valencianas.
(Fuente: Shutterstock)
Mazón ha defendido este acuerdo como un paso necesario para la reconstrucción económica tras los daños de la DANA, asegurando que su prioridad es garantizar una recuperación ágil y efectiva.
Vox, por su parte, ha puesto condiciones clave para su apoyo, entre ellas la eliminación de subvenciones a ONG de apoyo a la inmigración ilegal, la supresión de partidas destinadas a la Agenda 2030 y el desarrollo sostenible, así como un recorte significativo en las ayudas para la promoción del valenciano y en las subvenciones dirigidas a la Memoria Histórica.
El líder de Vox, Santiago Abascal, ha celebrado la decisión de Mazón y la ha calificado como "un paso en la dirección correcta". El acuerdo refuerza los lazos entre ambos partidos y podría servir de modelo para futuras negociaciones presupuestarias en otras comunidades autónomas gobernadas por la derecha.
Críticas del Gobierno y de la oposición
Desde el Gobierno de España, la reacción no se ha hecho esperar. Hasta seis ministros han criticado duramente el pacto, calificándolo de "indecente" y un ejemplo más de la sumisión del PP a las exigencias de la ultraderecha.
La ministra de Ciencia y secretaria general del PSPV-PSOE, Diana Morant, ha calificado el acuerdo como un "pacto de la vergüenza 2.0" y ha pedido un adelanto electoral en la Comunidad Valenciana.
Compromís también ha expresado su rechazo. Joan Baldoví ha tachado a Mazón de "apestado político" y ha acusado al PP de vender su autonomía para mantenerse en el poder. Mientras tanto, Podemos y Sumar han puesto el foco en Alberto Núñez Feijóo, acusándolo de ser cómplice del pacto y de "regalar" los presupuestos a Vox. Según Lara Hernández, de Sumar, Feijóo debería cesar a Mazón y romper toda relación con la ultraderecha.
Desde Podemos, María Teresa Pérez ha sido aún más contundente, asegurando que estos presupuestos no son más que "una herramienta para seguir robando" por parte del PP y Vox. Además, ha pedido una izquierda "más valiente" que se enfrente al gobierno de Mazón con una moción de censura, algo que PSOE y Compromís no han planteado hasta el momento.
El impacto político del pacto PP-Vox
La aprobación de los presupuestos valencianos con el apoyo de Vox no solo tiene repercusiones a nivel autonómico, sino que también influye en la política nacional.
Con unas elecciones europeas a la vista y la posibilidad de nuevos comicios generales en el horizonte, el PP deberá gestionar las consecuencias de este acuerdo, que refuerza su relación con Vox, pero podría alejar a sectores moderados de su electorado.
Mientras tanto, el Gobierno central seguirá utilizando este pacto como un argumento contra Feijóo, reforzando su discurso de que el PP está completamente atado a la extrema derecha.
La situación en la Comunidad Valenciana podría marcar un precedente en otras autonomías donde PP y Vox comparten el poder, dejando claro que la gobernabilidad de estos territorios dependerá de la capacidad de ambos partidos para mantener sus acuerdos sin fracturas.
En cualquier caso, lo que ocurre en Valencia no se queda en Valencia. La política autonómica sigue demostrando que, lejos de ser un asunto meramente regional, es un reflejo de la pugna política que vive España en su conjunto.