

Las relaciones diplomáticas entre España y Estados Unidos atraviesan un nuevo episodio de tensión tras el anuncio de un paquete de medidas adoptadas por el Gobierno de Pedro Sánchez contra Israel.
La iniciativa, presentada el lunes, incluye restricciones en puertos y aeropuertos españoles, la prohibición de importaciones desde asentamientos en Gaza y Cisjordania, así como un embargo permanente de armas y munición al Estado israelí.
Washington reaccionó de inmediato y, a través de un portavoz del Departamento de Estado, expresó su malestar por la decisión de Madrid. En un correo electrónico remitido a Reuters, la fuente oficial advirtió de que la postura española afecta no solo a Israel, sino también a la cooperación en el marco de la OTAN y las operaciones militares estadounidenses en la región.
La controversia se produce en un contexto internacional marcado por la guerra en Gaza, los debates en la Unión Europea sobre la suspensión de acuerdos con Israel y las presiones de los países árabes para poner fin a Hamás como condición para avanzar hacia la creación de un Estado palestino.

Críticas de Estados Unidos a España por sus medidas contra Israel
El portavoz del Departamento de Estado de EE.UU. fue categórico al cuestionar el nuevo plan impulsado por Pedro Sánchez: "Es profundamente preocupante que España, miembro de la OTAN, haya optado por limitar potencialmente las operaciones estadounidenses y dar la espalda a Israel el mismo día en que seis personas fueron asesinadas en Jerusalén. Estas medidas envalentonan a los terroristas" .
La declaración constituye uno de los reproches más duros de Washington a un país europeo en relación con la crisis en Gaza. El hecho de que las medidas coincidan con un ataque mortal en Jerusalén intensificó la crítica estadounidense, que teme un debilitamiento del frente occidental en apoyo a Israel.
Las nueve medidas de Pedro Sánchez contra Israel
El presidente del Gobierno español presentó un plan con nueve disposiciones "contra el genocidio en Gaza" y en defensa del pueblo palestino. Entre ellas se destacan:
Consolidar mediante un real decreto ley el embargo de armas a Israel que, según el Ejecutivo, se aplica desde octubre de 2023.
Prohibir de manera permanente la compra y venta de armamento, munición y equipamiento militar a Israel.
Denegar la entrada a su espacio aéreo de aeronaves de Estado que transporten material de defensa destinado a Israel.
Impedir el tránsito por puertos españoles de barcos con combustibles para las Fuerzas Armadas israelíes.
Bloquear la importación de productos provenientes de asentamientos ilegales en Gaza y Cisjordania.
Impedir el ingreso a España de ministros israelíes ultraderechistas Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir.
El Gobierno explicó que estas medidas buscan frenar las ocupaciones ilegales, el desplazamiento forzoso de población palestina y reforzar la solución de los dos Estados.
Reacciones en la Unión Europea y la ONU
Mientras España marca distancia con Israel, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, endureció este miércoles su tono al plantear en Estrasburgo la suspensión parcial del acuerdo de asociación de la UE con Israel.
"¿Tiene Europa lo que hace falta para pelear? ¿Tenemos la unidad, la sensación de urgencia, la voluntad política y la capacidad de compromiso? ¿O queremos simplemente pelearnos entre nosotros y que nos paralice nuestra división?", cuestionó la líder europea.
Von der Leyen reconoció las dificultades para conseguir una mayoría en el Parlamento Europeo, pero llamó a la unidad de las fuerzas proeuropeas: "La Comisión hará todo lo que pueda por su parte. Soy consciente de que será difícil encontrar una mayoría y de que cualquier cosa que hagamos será demasiado para algunos y demasiado poco para otros. Pero todos tenemos que asumir nuestra responsabilidad".
En paralelo, Arabia Saudí, Egipto y otros países árabes emitieron una declaración conjunta en Naciones Unidas en la que, por primera vez, exigieron el fin de Hamás como condición indispensable para garantizar la creación de un Estado palestino viable.
Un escenario de creciente tensión internacional
El cruce de declaraciones entre Washington y Madrid añade un nuevo capítulo a la crisis diplomática en torno al conflicto en Gaza. Mientras España defiende un papel más activo en la denuncia contra Israel, Estados Unidos advierte que estas decisiones pueden repercutir en la seguridad de sus operaciones militares y en la estabilidad de la región.
La presión aumenta también en Bruselas, donde las divisiones internas dificultan la adopción de una posición común. La crisis se mueve entre el respaldo militar a Israel, la exigencia de proteger a la población palestina y las disputas políticas dentro de la propia UE.
En este tablero, España se coloca en el centro de la controversia internacional: sus medidas, respaldadas por parte de la izquierda europea, son vistas con alarma por Washington y generan debates en las instituciones comunitarias.
El desenlace dependerá de cómo evolucionen las negociaciones en la ONU y de la capacidad de los países europeos de mantener la unidad frente a un conflicto que no muestra señales de resolverse a corto plazo.












