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Miles de pensionistas desconocen que reincorporarse al mercado laboral sin comunicarlo a la Seguridad Social puede provocar la suspensión inmediata de su pensión. Esta situación se ha convertido en un problema creciente debido al endurecimiento de los controles y al cruce de datos entre diferentes organismos públicos.

La normativa española establece que la pensión de jubilación sustituye a los ingresos del trabajo. Por este motivo, como regla general, ambas cosas no pueden cobrarse al mismo tiempo. Cuando la Seguridad Social detecta que un pensionista está trabajando sin haber comunicado la actividad, actúa de forma automática suspendiendo el pago y reclamando todas las cantidades cobradas desde que comenzó la actividad laboral no declarada.

Cuándo se suspende el pago de una pensión

El artículo 213 de la Ley General de la Seguridad Social es tajante al señalar que el disfrute de la pensión de jubilación es incompatible con el trabajo del pensionista, salvo en los casos previstos por la ley. Esta incompatibilidad aplica tanto al trabajo por cuenta ajena como al ejercicio de una actividad como autónomo, independientemente de la jornada o el tipo de contrato.

Cuando un pensionista inicia una actividad que obliga a estar dado de alta en el sistema sin acogerse a una de las modalidades compatibles, la Seguridad Social suspende la pensión y reclama la devolución completa de las cantidades percibidas. No se trata de una advertencia ni de una sanción simbólica. El organismo inicia un procedimiento para recuperar todo el dinero cobrado desde que comenzó la actividad laboral no comunicada. Un caso resuelto por el Tribunal Supremo condenó a un pensionista a devolver 41.161,52 euros por mantener su puesto como administrador de una sociedad sin comunicarlo.

Pensiones en España: el motivo por el que la Seguridad Social puede suspender el pago.

¿Existen formas legales de compatibilizar pensión y trabajo?

La legislación española contempla excepciones que permiten a los pensionistas reincorporarse a la vida laboral de forma legal. La jubilación activa es una de estas vías y permite compatibilizar el 50% de la pensión con un trabajo a tiempo completo o parcial. Para acogerse a esta modalidad es necesario haber alcanzado la edad ordinaria de jubilación y cumplir con el porcentaje de cotización requerido.

La jubilación flexible está pensada para quienes ya son pensionistas y deciden volver a trabajar a través de un contrato a tiempo parcial. El porcentaje de pensión que se percibe varía entre el 45% y el 100%, dependiendo de los años que se haya retrasado voluntariamente el acceso a la jubilación. También existe una tercera vía para los autónomos con ingresos reducidos: pueden compatibilizar la pensión si sus ganancias no superan el Salario Mínimo Interprofesional en cómputo anual, siempre que se respeten los límites que marca la Seguridad Social.

Mayor control y cruces de datos para 2026

De cara a 2026, la Seguridad Social intensifica la vigilancia sobre pensionistas que trabajan sin comunicarlo. El organismo detecta estas situaciones mediante cruces de datos fiscales, inspecciones o información procedente de otros organismos públicos. El sistema permite identificar con mayor precisión discrepancias entre la situación declarada y la situación real del pensionista.

La situación afecta especialmente a jubilados que se encuentran con la necesidad de reincorporarse al mercado laboral por razones económicas. Algunos pensionistas deben alquilar habitaciones o realizar trabajos puntuales para complementar su pensión, pero si estas actividades obligan a darse de alta y no se comunican correctamente, las consecuencias pueden ser graves. El desconocimiento de la norma no exime de su cumplimiento, y cada vez más pensionistas se ven obligados a devolver cantidades importantes tras ser detectados por el sistema de control.