El 7º de caballería acude en socorro de Talgo. En momentos en que la incertidumbre sobre cuándo se producirá el ingreso del consorcio vasco liderado por Sidenor para hacerse con el control de la compañía en sustitución del fondo Trilantic, preocupación que alcanza a los empleados del fabricante de trenes de alta velocidad, hoy corre con fuerza la noticia de que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) podría conceder un préstamo convertible a Talgo para desbloquear la entrada de la metalúrgica.
En concreto, la operación consistiría en un préstamo convertible por un importe de 120 millones de euros para cubrir la multa de 116 millones impuesta por Renfe a Talgo por el retraso en el suministro de los 30 trenes AVRIL. Multa que por otra parte contaría con 6 años de carencia, empezándose a pagar en 2031 durante los 7 años siguientes.
Por otra parte, en lo que hace a este acuerdo de pago, el brazo industrial del Estado Español ofreció convertir la penalización en un tipo de deuda a largo plazo, con un periodo de carencia y la obligación para Talgo de abonar intereses sobre esa cantidad.
Pero el problema surgió cuando los bancos acreedores no se mostraron por la labor para considerar este aplazamiento como pasivo. Esta posición, de acuerdo a las opiniones de los analistas, habría elevado hasta en siete veces (7x) la ratio de deuda neta sobre Ebitda de Talgo.
Lo cierto es que este fuerte incremento del peso del pasivo de Talgo cayó como una losa sobre la confianza de las entidades financieras, ya que no dudaron en calificar a la compañía como de alto riesgo financiero.
Noticia positiva
Para César Sánchez-Grande, analista de Renta 4 que sigue el comportamiento bursátil del fabricante de trenes, el préstamo convertible de la SEPI a Talgo es una noticia positiva por varios motivos.
En primer lugar, Sánchez-Grande vaticina que se pondría fin al cambio del principal accionista de la compañía, desbloqueando la toma de decisiones. Asimismo, sigue, también se desbloquea la refinanciación con los bancos acreedores; y por último, sostiene que la presencia del gobierno español en el accionariado de la empresa daría mayor credibilidad a Talgo para acceder a contratos relevantes.
De hecho, es conocida las dificultades de Talgo para acceder al crédito por culpa de las negociaciones que está llevando a cabo la empresa, junto con el consorcio que encabeza Sidenor, para refinanciar su deuda con los 18 bancos acreedores, entre los que destacan Banco Santander,BBVA y el Banco Europeo de Inversiones (BEI), cuya presidenta es Nadia Calvino, ex ministra de Economía de Pedro Sánchez.
Con todo, otro hecho positivo de alta relevancia tuvo lugar esta semana: la firma del contrato con el gigante alemán de transporte Flix, acuerdo valorado en unos 2400 millones de euros para el suministro de hasta 65 trenes de alta velocidad, basados en la plataforma Talgo 230.
Asimismo, el acuerdo incluye, además, un pedido inicial en firme de 30 unidades por un importe cercano a los 1060 millones. Asimismo, el contrato abarca también el mantenimiento de todas las unidades durante un periodo de 15 años.
Así las cosas, y mientras se espera el ingreso del consorcio liderado por Sidenor y acompañado por el Gobierno Vasco y las fundaciones bancarias BBK y Vital, el control de la compañía continúa en manos de fondo Trilantic, que posee el 29,7% de las acciones de Talgo que, junto con las familias Oriol y Abelló, controla el holding Pegaso Transportation, dueño del 40,2% del capital de la ferroviaria.