Jugada maestra: el Sabadell complica la OPA de BBVA al anunciar su regreso a Cataluña
La decisión, que mezcla cuestiones empresariales y políticas, representa un nuevo escollo para las intenciones de la entidad vasca.
A Banco Sabadell le bastó con mover sólo una ficha para apretar aún más el cerco defensivo que está construyendo alrededor de la OPA Hostil que BBVA lanzó sobre la entidad. Ayer, a última hora, el banco presidido por Josep Oliu anunció el regreso a la sede a San Cugat del Vallés (Barcelona), tras siete años desde aquel 5 de octubre de 2017, fecha en que mudó la sede a Alicante para continuar bajo el paraguas del Banco Central Europeo (BCE) en caso de que procés saliera adelante.
A fin de materializar la decisión tomada de forma imprevista, el consejo de administración de Banco Sabadell tiene previsto celebrar una reunión extraordinaria hoy miércoles con el fin de debatir sobre el traslado de su domicilio social a San Cugat del Vallés desde Alicante. También la entidad afirmó que tan pronto como su órgano de administración adopte un acuerdo al respecto, ésta se comunicará oportunamente a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Seguramente no es aventurado denominar este movimiento como una jugada maestra, ya que mezcla cuestiones empresariales (la OPA Hostil) con nacionalismo y política. Además de propinarle a Carlos Mazón, presidente de la Comunidad de Valencia, un puñetazo en medio de su rostro, para satisfacción del Pedro Sánchez.
En efecto, el retorno a Cataluña se da en un momento en que la OPA Hostil que le lanzó BBVA, está atravesando un proceso muy delicado de revisión por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que decidió llevar el análisis de la operación a Fase 2, lo que representó un varapalo para los vascos. Disgusto que se vio acrecentado cuando el órgano regulador sólo admitió la personación de Banco Sabadell en el proceso, rechazando la petición que habían formulado más de 70 organizaciones y asociaciones.
Aunque aún queda la posibilidad que el procedimiento pase a Fase 3, un momento clave en el que tendrán que pronunciarse el Ministerio de Economía y el Consejo de Ministros. Y quienes apuestan a favor de la entidad vasca, temen que el Gobierno pueda endurecer la hoja de ruta a un nivel que haga imposible al presidente de BBVA, Carlos Torres Vila, defender ante sus accionistas la creación de valor y seguir adelante con la oferta.
Componente emocional
En este punto, también vale recordar que BBVA comunicó que podría dejar caer su oferta si las condiciones que finalmente fije la CNMC afecten la rentabilidad de la operación; como también que el paso siguiente establece que la CNMV deberá -o no- aprobar el folleto de la oferta. En caso de superar la revisión, serán los más de 200.000 accionistas de Sabadell los que decidan si aceptar o rechazan la OPA, quienes estarán motivados por el símbolismo que significa el regreso a casa del hijo prodigio.
Este último dato no es menor. Con el retorno a su ciudad de origen el banco reconstruye la relación de cercanía con sus clientes y accionistas, además de recordarles que en caso de que la oferta de BBVA prosperase, el banco dejará Cataluña por el País Vasco.
Este componente emocional puede incluso trascender la carrera que tanto Banco Sabadell como BBVA están disputando para convencer a los inversores de sus proyectos con dividendos extraordinarios y cuentas de resultados extraordinarios.
De hecho, estamos a días de que la entidad barcelonesa haga público los resultados del ejercicio 2024, en los que se espera que mejore su compromiso de remunerar al inversor con más de 2900 millones de euros en el bienio 2024-2025.
Lo cierto es que el valor de Banco Sabadell se disparó tras la OPA Hostil: la entidad catalana subió en un año un 82% en Bolsa por un 27% del BBVA. Revalorización que dejó atrás la prima que le ofreció BBVA (que ya es negativa), a lo que se suma ahora el movimiento defensivo de volver a Cataluña, lo que hace aún más complicado el éxito de la operación ya que va a contar con un refuerzo político muy importante para que los socios catalanes del Gobierno hagan todo lo posible para echar atrás la operación.
La cuestión política
Dependiente como es de las fuerzas políticas independentistas de Cataluña, el Ejecutivo español se alineó desde el primer momento con Banco Sabadell. Esta estrategia hay que situarla en la política de acercamiento con los catalanes que puso en marcha Pedro Sánchez, tras el distanciamiento que se produjo por la declaración de la independencia fallida y la condena a prisión de dirigentes independentistas.
Los movimientos en relación a Cataluña incluyeron el traspaso de competencias de la Administración central a la autonómica. El resultado es por todos conocidos: el socialista Salvador Illa gana las elecciones autonómicas y los dirigentes catalanes pudieron salvar las apariencias con las medidas arrancadas a Sánchez.
Ahora, con la decisión de Banco Sabadell gana Illia, quien se apunta en su haber político el retorno de la entidad financiera. Mientras Junts per Catalunya y Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) ven cumplidos sus deseos de un posible regreso de empresas que abanaron la región en busca de refugio en otras geografías de España por temor a las posibles consecuencias para sus negocios de una eventual Cataluña independiente.
Valencia, la gran perdedora
El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, supo del fracaso de sus intentos por mantener la sede de Banco Sabadell cuando recibió la llamada de Josep Oliu y del consejero delegado César González Bueno para comunicarle que abandonarán Alicante en las próximas semanas.
"El Consell no puede más que respetar la decisión de la empresa en el ejercicio de su libertad para fijar su sede donde considere", expresaron portavoces del Gobierno valenciano. Mientras la Generalitat señaló que su comunidad "sigue siendo un territorio atractivo para el establecimiento de inversiones que generen riqueza y empleo" y que la prioridad pasa a ser "garantizar el mantenimiento del empleo y el negocio de esta entidad financiera" en la Comunidad Valenciana, "así como el flujo del crédito a consumidores, pymes e industrias".
En declaraciones a EFE, el presidente de la Cámara de Comercio alicantina, Carlos Baño, reconoció que los empresarios de la provincia no esperaban una noticia para nada previsible.
Para Baño, la política se interpuso en la decisión de la entidad de dejar la región: "Tengo clarísimo que esto es una decisión más política que económica relacionada con el intento de salvarse de la OPA". El dirigente apuntó a "un pacto entre el PSOE y Junts en Suiza por los Presupuestos Generales del Estado atendiendo la petición de este último de recuperar los grandes bancos que abandonaron Cataluña hace siete años, en un momento de inestabilidad" en el que tuvieron que salir corriendo", disparó.
"Cataluña va por el buen camino"
Esta definición pertenece al presidente de la Generalitat, el socialista Salvador Illa, quien así valoró la decisión de Banco Sabadell de retornar a Cataluña.
En declaraciones durante su intervención en Fitur, el ex ministro de Sanidad durante la pandemia recordó que la entidad financiera nació en la comunidad como consecuencia de la Revolución Industrial de la que Cataluña fue cuna, a finales del Siglo XIX. De esta manera, Illa destacó la "catalanidad" del Sabadell.
Añadió también que el traslado ilustra la confianza y apuesta por el futuro que ahora genera Cataluña. "La comunidad avanza por el buen camino basado en el buen gobierno, la estabilidad institucional y la seguridad jurídica", concluyó.
En tanto, el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, negó que el regreso de Banco Sabadell sea por la OPA Hostil, ya que, según él "es un proceso lógico como parte de la normalización política en Cataluña".