

El Cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco comenzará este miércoles, 7 de mayo, a las 16.30 hora local de Roma. La elección de un nuevo papa es uno de los momentos más solemnes y esperados en la Iglesia Católica.
En esta oportunidad, el cardenal elegido debe contar con al menos 89 votos de los 133 cardenales que participarán en la votación que tendrá lugar en la Capilla Sixtina. Los cardenales, quienes deben ser menores de 80 años para tener derecho a voto, estarán sumidos a medidas de extremo aislamiento.
Tras días de deliberación y votación secreta entre los 133 cardenales, un cardenal finalmente obtendrá los votos necesarios. En ese momento, se formula una pregunta clave "¿Aceptas tu elección canónica como sumo pontífice?".
Aunque es poco frecuente, un cardenal sí puede rechazar ser papa, y a lo largo de la historia de la Iglesia Católica se ha manejado como opción en más de una ocasión. Sin embargo, las repercusiones de este acto son inesperadas para muchos.

¿Pueden los cardenales rechazar el cargo de Papa?
El Derecho Canónico dentro de la Iglesia Católica es un sistema de leyes religiosas y principios jurídicos eclesiásticos que regulan la vida, organización y gobierno de la Iglesia, al igual que algunas de las reglas del Cónclave.
Según este mecanismo, una vez elegido, el candidato debe aceptar libremente el cargo. Si no lo hace, la elección no tiene efecto y se debe votar nuevamente. La aceptación debe ser inmediata y verbal, y solo entonces el cardenal se convertirá formalmente en pontífice.
Este derecho a rechazar el papado ha sido convocado en distintas ocasiones, aunque algunos casos quedaron fuera de la discusión pública debido al estricto secreto que rodea el Cónclave.

¿Qué pasa si un cardenal rechaza el cargo de Papa?
Uno de los ejemplos más conocidos del rechazo al cargo es el del cardenal Giovanni Colombo, arzobispo de Milán, quien en el Cónclave de 1978 recibió un acumulado importante de votos. Ante la posibilidad de consagrarse como papa, Colombo dio instrucciones explícitas de que no aceptaría bajo ninguna circunstancia la elección debido a su avanzada edad y salud. Finalmente, el elegido fue Karol Wojtyla, quien asumió como Juan Pablo II.
Otro caso relevante fue el de San Felipe Neri, en el siglo XVI. Aunque no fue oficialmente elegido, fue considerado seriamente por los otros cardenales. Ante las tendencias hacia una posible elección, Neri respondió con humor: "Prefiero huir al fin del mundo que ser papa". Su negativa hacia el poder eclesiástico hizo que los cardenales que los apoyaban cambiaran sus votos.
En muchos otros casos se cree que algunos cardenales han rechazado su elección durante las deliberaciones preliminares, incluso antes de recibir la mayoría necesaria. Al verse frente a la posibilidad de ser seleccionados como sumo pontífice tras las primeras votaciones, han hecho saber discretamente a sus pares que no aceptarían el papado, lo que influyó en el rumbo del Cónclave.
Por lo tanto, si el cardenal elegido no acepta, el Cónclave continúa de la misma manera, pero sin la opción de ese candidato para ser nuevo papa.
¿Qué significa rechazar el cargo de Papa?
Rechazar el papado puede interpretarse como un acto de suma humildad al reconocer los límites personales frente una responsabilidad espiritual y política de esa magnitud. En algunos casos, la decisión puede estar motivada por la salud, la edad avanzada o la conciencia del momento histórico que se atraviesa.
Sin embargo, no aceptar el papado es una decisión excepcional que se plantea más como un hipotético que una realidad. Desde la Edad Media hasta la actualidad, la gran mayoría de los cardenales elegidos han aceptado el cargo y la responsabilidad de serelegidos como sumo pontífice.
















