El alimento que previene la demencia y el riesgo de un accidente cerebrovascular
Esta verdura, rica en muchos nutrientes, puede ayudar a prevenir un gran número de enfermedades crónicas. Por qué es tan recomendada por los nutricionistas.
A la hora de comer verduras, las opciones que tenemos disponibles son muchas. Una de las más deliciosas es la remolacha, la cual se caracteriza por su sabor dulce y característico color violeta fuerte.
Por su gran cantidad de aportes nutricionales, muchos especialistas consideran que la remolacha es un gran aliado de la alimentación saludable. Es por este motivo que está incluida en numerosas dietas.
Cuáles son los nutrientes que aporta la remolacha
Una investigación publicada por la Universidad Alfonso X el Sabio reveló algunos de los beneficios nutricionales de la remolacha. Entre sus aportes, destaca su contenido en fibra, folato (vitamina B9) y vitamina C.
También contiene hierro, manganeso, potasio, betalaínos, además de otros minerales y compuestos vegetales. La inclusión de estos nutrientes la convierten en una de las verduras aliadas de una alimentación saludable.
Cuáles son los beneficios a la salud de comer remolacha
Ayuda al corazón
Los nitratos dietéticos que se encuentran en la remolacha son convertidos por el cuerpo en óxido nítrico, una molécula que ayuda a relajar y dilatar los vasos sanguíneos. Esto mejora la circulación sanguínea y puede llevar a una reducción en la presión arterial.
Esta mejora en la circulación sanguínea puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares (ACV).
Propiedades antioxidantes
La remolacha contiene betalaínos, pigmentos que le dan su color característico y que actúan como antioxidantes. Estos antioxidantes ayudan a proteger las células del cuerpo contra el daño causado por los radicales libres, moléculas inestables que pueden dañar estructuras celulares y contribuir al envejecimiento y a enfermedades como el cáncer.
Apoya la salud digestiva
La remolacha es rica en fibra dietética, un componente esencial para la salud digestiva. La fibra ayuda a regular los movimientos intestinales y puede prevenir el estreñimiento. Además, la fibra alimenta a las bacterias beneficiosas en el intestino, lo que es vital para mantener un equilibrio saludable de la microbiota intestinal.
Promueve un mejor funcionamiento cerebral
El aumento del flujo sanguíneo al cerebro debido a los nitratos en la remolacha puede ser particularmente beneficioso para la función cerebral. Este efecto es especialmente importante en los adultos mayores, ya que el flujo sanguíneo tiende a disminuir con la edad.
Un mejor flujo sanguíneo puede ayudar a mantener la salud cognitiva y reducir el riesgo de trastornos relacionados con la edad, como la demencia. Además, el óxido nítrico puede ayudar en la neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro para formar y reorganizar conexiones sinápticas, esencial para el aprendizaje y la memoria.
Apoya el correcto funcionamiento del hígado
Los compuestos antioxidantes y antiinflamatorios en la remolacha pueden ayudar a promover la salud del hígado. Estos compuestos apoyan la desintoxicación natural del cuerpo, ayudando procesar y eliminar toxinas.
La fibra en la remolacha puede también ayudar en este proceso al facilitar la eliminación de residuos a través del sistema digestivo. La remolacha también puede ayudar a reducir la acumulación de grasa en el hígado, un factor importante en enfermedades como la esteatosis hepática no alcohólica.
Propiedades antioxidantes
La remolacha es conocida por sus impresionantes propiedades antiinflamatorias, atribuidas principalmente a los betalaínos, compuestos que le otorgan su característico color rojo-violeta. Estos nutrientes no solo reducen la inflamación crónica, vinculada a enfermedades como la artritis y enfermedades cardíacas, sino que también inhiben enzimas inflamatorias, aliviando el dolor y la hinchazón.
Además, su riqueza en antioxidantes combate el estrés oxidativo, un precursor común de la inflamación. El consumo regular de remolacha puede beneficiar especialmente a quienes sufren de enfermedades inflamatorias crónicas, ofreciendo efectos antiinflamatorios tanto locales como sistémicos, contribuyendo así a una mejor salud general.