

Barcelona, como muchas otras ciudades costeras de España, ya vive a pleno la temporada estival. Las altas temperaturas invitan a locales y turistas a acercarse a la playa para disfrutar del sol y el mar.
Sin embargo, lo que promete ser una jornada placentera puede convertirse en un disgusto si no se respetan las normas municipales, especialmente una que ha generado polémica y nuevas medidas.
Barcelona refuerza su compromiso con playas más saludables
Desde 2022, municipios como Calella, El Masnou y la propia ciudad de Barcelona dieron el primer paso al prohibir fumar en sus playas. Esta decisión ha ido ganando terreno y ahora la Diputación de Barcelona impulsa la ampliación de la medida a lo largo de todo el litoral, que abarca 25 municipios desde el Garraf hasta el Maresme.

La presidenta de la Diputación de Barcelona fue contundente al justificar la medida: "Queremos playas cada vez más saludables, sostenibles y limpias, y para conseguirlo hacen falta decisiones valientes". Así, nuevos municipios como Premià de Mar, Vilassar de Mar, Cubelles, Sant Andreu de Llavaneres, Sant Vicenç de Montalt, Sant Pol de Mar y Vilanova i la Geltrú se suman a la prohibición, aunque de momento sin aplicar sanciones.
En paralelo, localidades que ya habían empezado a implementar la normativa de forma parcial -como Sitges, Caldes d'Estrac o Pineda de Mar- pretenden extenderla a todas sus playas.
Multa de hasta 30 euros para los vecinos que incumplan la norma
Aunque actualmente no hay sanciones para quienes fumen en las playas de la provincia de Barcelona, la Diputación ya ha anunciado que, a partir de 2026, se aplicarán multas económicas por incumplir la normativa. El importe máximo será de 30 euros.

Esta medida busca reducir el consumo de tabaco en espacios públicos y también proteger el entorno natural y mejorar la convivencia en las zonas costeras, beneficiando a vecinos y visitantes por igual. El enfoque es preventivo, pero la introducción de sanciones refuerza el mensaje de que la normativa no es meramente simbólica.
La apuesta de Barcelona y otros municipios por playas libres de humo se enmarca dentro de una estrategia más amplia para promover hábitos saludables y reforzar el respeto por los espacios comunes. Aunque la multa pueda parecer leve, el objetivo es claro: concienciar y transformar progresivamente los hábitos ciudadanos en favor de un entorno más limpio y seguro para todos.












