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Existe un dulce que está presente en muchas casas españolas, pero cuya historia y origen catalán probablemente no sea conocido por todos. Este producto no solo forma parte de la tradición gastronómica de la región, sino que cuenta con una relación única con el célebre Salvador Dalí, uno de los artistas más emblemáticos del siglo XX. Hablamos del "turrón de Jijona" o turrón de Alicante.

Estos turrones, clásicos de la Navidad, tienen un trasfondo que, para muchos, podría resultar sorprendente: su origen está en Cataluña y, más específicamente, en la ciudad de Jijona, en la provincia de Alicante.

Pero lo que muchos desconocen es que este dulce tan característico cuenta con una historia aún más intrigante, ya que su empaque y diseño fueroncreados por Salvador Dalí en su etapa más experimental.

En la década de los 60, la marca de turrones "El Lobo" se acercó al famoso artista catalán para pedirle un diseño único para sus envases. Dalí, conocido por su estilo surrealista y sus creaciones excéntricas, aceptó el desafío y creó una obra de arte que a día de hoy sigue siendo un símbolo en las estanterías de tiendas de toda España.

Estos turrones, clásicos de la Navidad, tienen un trasfondo que, para muchos, podría resultar sorprendente: su origen está en Cataluña. (Foto: Shutterstock)
Estos turrones, clásicos de la Navidad, tienen un trasfondo que, para muchos, podría resultar sorprendente: su origen está en Cataluña. (Foto: Shutterstock)

Este diseño, lleno de detalles surrealistas, incorporó el estilo inconfundible de Dalí, con sus formas fluidas y su capacidad de transformar lo cotidiano en algo único. Gracias a este diseño, el turrón no solo se popularizó aún más, sino que pasó a formar parte de la historia de la cultura catalana y española de una forma visualmente atractiva y artística.

El turrón es un ícono de la gastronomía española. (Foto: Archivo)
El turrón es un ícono de la gastronomía española. (Foto: Archivo)

El dulce catalán es un producto que conecta arte y tradición

La creación de Salvador Dalí para "El Lobo" no solo aportó una dimensión estética al turrón, sino que también contribuyó a consolidar este dulce como un producto de alta calidad. En aquel entonces, el artista ya era una figura de renombre internacional, y su asociación con la marca de turrones marcó un hito en la historia del diseño de productos en España.

A través de esta colaboración, el turrón pasó a representar no solo la tradición de la gastronomía española, sino también la modernidad y el arte, dos características intrínsecas del surrealismo.