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El hallazgo de un amuleto de plata de 1800 años de antigüedad en una tumba de la ciudad de Fráncfort, Alemania, ha cambiado algunos de los consensos construidos sobre el cristianismo. Los arqueólogos encontraron el amuleto durante una excavación en lo que fue la ciudad romana de Nida, en las afueras de la actual Fráncfort.

Durante la expedición, llevada a cabo en 2018, se localizó un cementerio romano completo y fue en la tumba 134 donde apareció una pequeña lámina de plata enrollada, situada justo bajo el mentón del fallecido. Se trata de una filacteria, un tipo de amuleto que probablemente llevaba colgado del cuello en vida y que fue enterrado junto a él.

El amuleto contiene inscripciones en latín, y los historiadores consideran que se trata de la evidencia cristiana más antigua encontrada al norte de los Alpes. "Este hallazgo es extraordinario y afecta a múltiples áreas de investigación. Aplica tanto a la arqueología como a la teología, la filología y la antropología. Que aparezca aquí, en Fráncfort, es realmente impresionante", explicó en su momento Ina Hartwig, responsable de cultura en la ciudad alemana.

La importancia del descubrimiento para la religión cristiana

El amuleto tiene un tamaño de 3,5 centímetros de lámina de plata y estaba arrugado después de siglos bajo tierra, lo que dificultó su análisis. Los expertos del Museo Arqueológico de Fráncfort pudieron restaurarlo y examinarlo mediante microscopios y rayos X, pero la fragilidad del metal impidió en primera instancia desenrollarlo físicamente.

El avance llegó en mayo de 2024, cuando un tomógrafo computarizado de última generación del Centro Leibniz de Arqueología en Maguncia permitió escanear la pieza en alta resolución y generar un modelo 3D. Gracias a esta tecnología, los investigadores pudieron examinar el amuleto línea por línea y reconstruir las 18 líneas de inscripción en latín para descifrar su mensaje.

El trabajo de reconstrucción llevó meses y requirió la colaboración de historiadores, expertos en teología y filólogos. Finalmente, el investigador Markus Scholz, de la Universidad Goethe de Fráncfort, logró unir las líneas y descifrar el texto casi en su totalidad, aunque algunos bordes se habían perdido.

El mensaje oculto en el amuleto religioso

La llamada "Inscripción de Plata de Fráncfort" está escrita completamente en latín, lo que a los investigadores les resultó inusual para la época, ya que la mayoría de amuletos solían redactarse en griego. Su traducción aproximada fue la siguiente:

"(¿En el nombre?) de San Tito. ¡Santo, santo, santo! ¡En el nombre de Jesucristo, Hijo de Dios! El Señor del Mundo resiste con [fuerza?] todas las agresiones(?) / adversidades(?). El dios(?) concede bienestar. Admisión. Este dispositivo de protección(?) protege a la persona que se rinde a la voluntad del Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ya que antes de Jesucristo todas las rodillas se doblan: las celestiales, las terrestres y las subterráneas, y toda lengua confiesa (a Jesucristo)"

"La Inscripción de Fráncfort muestra que la fe cristiana ya estaba presente en el norte del Imperio romano en un momento en que los indicios documentados eran mucho más tardíos. Esto podría retrasar la cronología aceptada del cristianismo en esta región entre 50 y 100 años", señaló Mike Josef, alcalde de Fráncfort.

Durante el siglo III d.C., identificarse como cristiano era arriesgado. Bajo el reinado de emperadores como Nerón, los seguidores de Jesucristo podían ser perseguidos, encarcelados o incluso ejecutados. El amuleto demuestra que algunos individuos asumían esa fe públicamente, pese a los riesgos.

Las implicaciones del hallazgo

Antes del descubrimiento, la evidencia de presencia cristiana más antigua en la región provenía del siglo IV d.C. Este hallazgo sugiere que las comunidades cristianas pudieron existir antes de lo que se creía, incluso en áreas alejadas de los centros tradicionales de Roma y Alejandría.

Muchos consideran que el amuleto de Fráncfort es uno de los hallazgos más importantes de los últimos años en Europa Central. "El nivel de detalle y la antigüedad de este objeto son sorprendentes. Será estudiado durante años y nos permitirá entender mejor la difusión del cristianismo en territorios periféricos del Imperio romano", sentenció Hartwig.