En esta noticia

El deshielo de la Antártida permitió un hallazgo tan conmovedor como histórico: el cuerpo del científico británico Dennis "Tink" Bell, desaparecido en 1959 a los 25 años de edad, fue encontrado bajo el hielo de la isla Rey Jorge. Bell, meteorólogo de la Falkland Islands Dependencies Survey -hoy British Antarctic Survey-, había caído en una grieta glacial mientras realizaba tareas de investigación y nunca pudo ser rescatado.

El descubrimiento fue realizado en enero de 2025 por investigadores de la Polish Antarctic Station Henryk Arctowski, quienes localizaron restos humanos junto a un equipo de radio, bastones de esquí, una navaja sueca, un reloj grabado y otros 200 objetos que confirmaron la identidad del científico.

Los restos fueron trasladados en el buque de investigación Sir David Attenborough, pasando por las Islas Malvinas antes de llegar a Londres, donde el King's College validó la identidad mediante pruebas de ADN con muestras de sus hermanos, David y Valerie.

Una tragedia de 1959 que resuena en nuestros días

El 26 de julio de 1959, Bell avanzaba con un compañero y un trineo de perros por el glaciar cuando decidió caminar sin esquís para animar a los animales. Resbaló y cayó en una grieta. Su colega logró alcanzarle una cuerda, pero el cinturón que la sujetaba se rompió y el joven desapareció definitivamente en el hielo. Las duras condiciones hicieron imposible recuperar el cuerpo en ese momento.

Durante décadas, la historia quedó en la memoria de los exploradores antárticos como una de las tantas tragedias de la investigación en territorios extremos. Hoy, el hallazgo aporta un cierre emocional a su familia. "Me siento conmocionado y asombrado de que finalmente haya sido encontrado", dijo su hermano David Bell al diario británico The Times, al tiempo que agradeció el trabajo de las instituciones que intervinieron en la recuperación.

Un homenaje al sacrificio científico

La directora del British Antarctic Survey, Dame Jane Francis, calificó el hallazgo como "un momento profundo y conmovedor" que recuerda el sacrificio de los primeros investigadores en el continente blanco. El British Antarctic Monument Trust, que honra a quienes perdieron la vida en estas expediciones, también se sumó al reconocimiento.

Más de seis décadas después de su desaparición, Dennis Bell "volvió a casa", como resumió su familia. Un recordatorio de los riesgos que enfrentaron aquellos pioneros de la ciencia en uno de los lugares más inhóspitos del planeta.