

Elon Musk vuelve a sorprender al mundo empresarial con un giro estratégico que podría cambiar el futuro de la industria tecnológica y militar. Después de que Tesla sufriera un descenso del 52% en ventas en Europa en abril de 2025y pasar de 11.540 coches a solo 5475, el fundador de la compañía ha presentado los detalles de su nuevo negocio: la producción de drones y aviones eVTOL (de despegue y aterrizaje vertical).
Una decisión que llega tras un año marcado por caídas significativas en mercados clave como Europa y China, donde Tesla registró un 46% de descenso en el primer trimestre, según datos de la Asociación de Constructores Europeos de Automoción (ACEA).
El proyecto de Musk se desarrolla en un contexto político especial: el magnate sudafricano apoya las políticas de Donald Trump y ejerce como líder del Departamento de Eficiencia Gubernamental de EE.UU.
Este respaldo se ha convertido en impulso para buscar alternativas tras el retroceso de Tesla, lo que ha ampliado su mirada hacia el sector de los drones y el mercado eVTOL, valorado en 9 billones de dólares según estimaciones de Morgan Stanley.
"Cualquier país que no pueda producir sus propios drones está destinado a convertirse en un estado vasallo de cualquier país que pueda. Y no podemos, Estados Unidos no puede producir actualmente sus propios aviones no tripulados", ha afirmado Musk, dejando clara su preocupación por la dependencia tecnológica frente a China.

Elon Musk desafía a China en la producción de drones
El nuevo negocio de Elon Musk se presenta como una amenaza directa al monopolio que ejerce China en la producción de drones, donde lidera ampliamente el mercado. Según Morgan Stanley, "China produce más drones en un día que Estados Unidos en un año", lo que demuestra la magnitud del reto que Musk pretende asumir.
La entrada de Tesla en el mercado eVTOL podría suponer un cambio radical en la estrategia empresarial de la compañía. Tras años de expansión de los coches eléctricos y la compra de la red social X, el empresario busca ahora conquistar el mercado de los drones, que no solo tiene aplicaciones comerciales, sino también un valor estratégico y militar de primer nivel.
"Estados Unidos no puede producir aviones no tripulados", insistió Musk, reforzando la idea de que esta debilidad podría convertir al país en un "estado vasallo" de las potencias que controlan la tecnología.
Las cifras que explican el cambio de rumbo
La apuesta de Musk no es casual: Tesla ha atravesado meses difíciles en los mercados internacionales. En los países de la EFTA (Islandia, Noruega, Suiza y Liechtenstein) y en Reino Unido, las ventas también se desplomaron un 49%.
Este escenario obligó a Musk a buscar nuevas fuentes de ingresos y a reorientar su estrategia empresarial para garantizar el futuro de su grupo empresarial. Morgan Stanley proyecta que el mercado de los drones y aviones eVTOL alcanzará los 9 billones de dólares, lo que refuerza el potencial económico de esta apuesta.
Después de revolucionar el pago online, los coches eléctricos, el turismo espacial y las telecomunicaciones,Elon Musk aspira a abrir otro capítulo en su historia como empresario: el de dominar el aire.
El multimillonario sudafricano ha demostrado que sabe anticiparse a las transformaciones del mercado. Su nuevo objetivo, romper el dominio chino en drones, podría convertirse no solo en un éxito empresarial, sino también en un movimiento clave para la soberanía tecnológica de Estados Unidos.













