El escenario político en los Estados Unidos vive una transformación inesperada. A medida que se acercan las elecciones legislativas de 2026, nuevas figuras y movimientos emergen con fuerza, desafiando las estructuras tradicionales del bipartidismo.
En el centro de esta agitación, Elon Musk, uno de los empresarios más influyentes del mundo, ha decidido romper con el establishment político que antes respaldaba.
La reciente creación del America Party por parte del fundador de Tesla y SpaceX ha encendido las alarmas en la esfera conservadora, no solo por su potencial disruptivo, sino por su evidente intención de socavar la influencia de Donald Trump.
Una ruptura que se hizo pública
El conflicto entre Musk y Trump se intensificó a raíz de la aprobación de la polémica ley presupuestaria y fiscal (conocida como "Big Beautiful Bill") promovida por el presidente.
Musk, que hasta hace poco formaba parte del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), renunció a finales de mayo y calificó dicha legislación como una amenaza para la economía del país. Asegura que aumentará el déficit y la deuda nacional a niveles insostenibles.
En respuesta, el magnate lanzó una encuesta en su red social X, preguntando a sus seguidores si deseaban que se pudiera crear un nuevo espacio político para romper el bipartidismo de los Estados Unidos.
Más del 80% de las personas que respondieron lo hicieron afirmativamente, lo que impulsó el nacimiento del America Party, un movimiento que busca convertirse en tercera fuerza política en los Estados Unidos, desafiando a los dos grandes partidos tradicionales.
Un espacio de estrategia e ideología
Musk ha delineado su propuesta como un proyecto "protecnológico, centrista y desregulador", con un enfoque claro en la reducción de la deuda, la libertad de expresión, la modernización militar mediante IA, y políticas a favor de la natalidad.
Aunque no puede ser candidato presidencial por ser nacido en Sudáfrica, sí ha dejado claro su objetivo: influir en el Congreso asegurando entre 2 y 3 escaños en el Senado y hasta 10 distritos en la Cámara de Representantes.
La intención no es simbólica. Musk ha amenazado con "hacer perder las primarias" a los legisladores republicanos que votaron a favor de la ley de Trump. En un mensaje en X, afirmó que "aunque sea lo último que haga en esta Tierra", su objetivo será derrotar a quienes considera responsables del despilfarro público.
Trump responde con furia
Como era previsible, Trump no ha tardado en reaccionar. En su red Truth Social, calificó a Musk como un "desastre de tren", asegurando que ha perdido el rumbo y anticipando el fracaso de su intento por crear un tercer partido.
En su publicación, el expresidente argumenta:
"Me entristece ver cómo Elon Musk se ha «descarrilado» por completo, convirtiéndose esencialmente en un DESASTRE DE TREN durante las últimas cinco semanas. Incluso quiere fundar un tercer partido político, a pesar de que nunca ha tenido éxito en Estados Unidos: el sistema no parece diseñado para ellos".
La tensión escaló cuando Trump insinuó que Musk debería "volver a Sudáfrica" si no fuera por los subsidios que recibe en EE.UU. para sus empresas.
Musk, por su parte, respondió que el America Party existe precisamente para combatir ese "unipartido disfrazado de democracia" que, según él, representa tanto a republicanos como a demócratas.
Impacto en los mercados y el futuro político
Las consecuencias de este enfrentamiento no se han limitado al plano político. Las acciones de Tesla cayeron más de un 6% tras el anuncio del nuevo partido político.
Analistas atribuyen esta baja a la creciente incertidumbre sobre el rumbo político de Musk y su posible impacto en las políticas regulatorias y de subsidios que afectan directamente a sus compañías.
Además, el lanzamiento del America Party ha dividido opiniones en el mundo empresarial. Figuras como Mark Cuban y Anthony Scaramucci han mostrado interés en apoyar la iniciativa, mientras otros líderes financieros cuestionan su viabilidad real en el entorno electoral estadounidense.
¿Existe una verdadera amenaza para Donald Trump?
La verdadera amenaza que representa Musk no es la presidencial: es su capacidad de influir económicamente y en distritos clave, especialmente en aquellos donde los márgenes legislativos son estrechos.
Al convertirse en un actor con peso propio, el empresario podría bloquear leyes, condicionar votaciones y reconfigurar alianzas en el Congreso. Es ahí donde más puede dolerle a Trump: en su control sobre la maquinaria política republicana.
Lo que comenzó como una disputa sobre una ley fiscal podría escalar hacia una guerra abierta por el alma del conservadurismo estadounidense. Elon Musk no solo ha abandonado a Trump; ha decidido plantarle cara, y con recursos, visibilidad y apoyo mediático, ha lanzado su propia ofensiva.