

En la cocina se concentran los electrodomésticos que usamos cada día: el frigorífico, la cafetera, la tostadora o el microondas son solo algunos de los más populares. Todos ellos cumplen un rol clave en la rutina familiar, aunque en muchas ocasiones pasen desapercibidos.
A lo largo del día, otros aparatos como la batidora, la licuadora, la olla eléctrica o el lavavajillas hacen más fácil la preparación de las comidas. Sin embargo, más allá de la comodidad que ofrecen, cada dispositivo está conectado al gasto energético del hogar. Incluso cuando no los usamos, algunos siguen trabajando en silencio.
El horno eléctrico es uno de los mejores ejemplos de esta realidad. Presente en millones de hogares, se ha convertido en un aliado para cocinar de manera rápida y eficiente. No obstante, su consumo energético sorprende por ser uno de los más elevados dentro de la cocina.

¿Qué electrodoméstico consume más electricidad en casa?
Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), un hogar medio en España gasta 3487 kWh de electricidad al año, y más de la mitad de ese consumo (55,2%) corresponde a los electrodomésticos. Dentro de esa cifra, el frigorífico encabeza la lista con un 30,6% del gasto total, seguido por la lavadora, el horno, el lavavajillas y la secadora.
En el caso del horno, su impacto es especialmente llamativo. Tal como señala el IDAE, el horno eléctrico consume entre 2000 y 3000 vatios, lo que lo convierte en uno de los aparatos que más disparan la factura.
Además, medios especializados como JV Tech remarcan que un horno puede llegar a consumir tanta energía como 65 frigoríficos encendidos al mismo tiempo, debido a su alta potencia para calentar y mantener temperaturas elevadas.
El consumo oculto del horno en modo standby
Uno de los puntos que más preocupa a los expertos es el gasto silencioso del horno cuando no está en uso. Algunos modelos modernos continúan consumiendo energía en modo standby, manteniendo encendidos relojes digitales, paneles luminosos o programas automáticos.
De acuerdo con JV Tech, este "consumo fantasma" puede rondar los 67 W por hora, lo que equivale entre un 5% y un 26% del consumo anual de un hogar. Por este motivo, los especialistas recomiendan desconectar el aparato siempre que sea posible, especialmente en los hornos de sobremesa.
Consejos para ahorrar energía al usar el horno eléctrico
Aunque el horno eléctrico sea uno de los grandes enemigos de la factura de luz, también es posible reducir su impacto con pequeños cambios de hábito. El IDAE y la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sugieren las siguientes medidas:
Aprovecha el precalentamiento para cocinar varios platos en la misma tanda.
Apaga el horno unos minutos antes de terminar la cocción, aprovechando el calor residual.
Evita abrir la puerta mientras se cocina, ya que se pierde hasta un 20 % de la energía acumulada.
Usa moldes metálicos, que transmiten mejor el calor y reducen los tiempos de cocción.
Opta por modelos eficientes (A++ o superior) para reducir el consumo anual.
Desconéctalo tras su uso si permanece en modo standby y no es empotrado.
El horno frente a otros electrodomésticos
Si bien el horno lidera la categoría de mayor consumo puntual, la nevera es el aparato que más energía demanda a lo largo del año porque funciona las 24 horas del día.
Según el IDAE, un frigorífico eficiente consume entre 100 y 300 kWh anuales, mientras que un horno eléctrico puede alcanzar los 224 kWh, a pesar de usarse con menor frecuencia.
Esta diferencia explica por qué el horno resulta tan costoso en términos de energía: concentra en pocas horas de uso un gasto similar al de otros aparatos que funcionan constantemente.













