Descubrimiento romano: hallan pinturas eróticas nunca antes vistas que sobrevivieron a la erupción del monte Vesubio
Estas obras se encontraban en los muros de una antigua casa romana, perteneciente a una zona arqueológica de gran relevancia mundial.
Investigadores italianos protagonizaron un descubrimiento increíble en una vivienda antigua. Dicho hallazgo se dio en el marco de las investigaciones que se realizaron durante la construcción de la Insula dei casti Amanti, en el distrito central de la antigua ciudad de Pompeya.
El descubrimiento en cuestión es un conjunto de pinturas eróticas en un fresco bien conservado, las cuales sobrevivieron a la erupción del monte Vesubio y que ya son estudiadas en profundidad por especialistas de diferentes áreas.
Descubrimiento: ¿cómo son las pinturas eróticas que sobrevivieron a la erupción del monte Vesubio?
En una nueva excavación en Pompeya, arqueólogos desenterraron frescos eróticos nunca antes vistos en una casa romana de la Región IX, zona que permaneció sepultada bajo cenizas y lava tras la devastadora erupción del Monte Vesubio en el 79 d.C.
Este reciente hallazgo no solo ofrece un atisbo de la vida cotidiana y privada de los antiguos romanos, sino que también sugiere un cambio cultural significativo en la visión de la vida y la sexualidad durante aquellos años.
Estos frescos se destacan por sus connotaciones sexuales, algo inusual en las decoraciones domésticas encontradas hasta ahora en las casas de esta misma región.
En tanto, la vivienda donde se encontraron estas imágenes, llamada recientemente la Casa di Freda, pertenecía a una familia burguesa, probablemente de mercaderes y libertos que tenían una buena posición económica.
Descubrimiento: ¿qué representan las pinturas eróticas halladas en Pompeya?
Las imágenes incluyen figuras mitológicas como Hipólito y Fedra, que aportaron el nombre de Casa di Freda a la residencia, así como otras escenas eróticas, entre ellas una representación de coito entre una ninfa y un sátiro, y un fresco que podría aludir al juicio de París.
Pese a los siglos transcurridos, los frescos presentan solo daños menores y mantienen sus tonos originales, aunque algo apagados. Los arqueólogos señalan que estas imágenes no tienen nada que envidiar a otras más famosas de Pompeya, como las de la lujosa Casa de los Pintores en el Trabajo, ubicada en las cercanías.