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BBVA, junto a otras grandes entidades, ha confirmado que el próximo 28 de junio de 2025 entrará en vigor en España una normativa que exige adaptar los cajeros automáticos para que sean accesibles a personas con discapacidad, movilidad reducida o menos experiencia digital.

Se trata de la transposición al ordenamiento nacional de la Directiva Europea de Accesibilidad, plasmada en la Ley 11/2023. A partir de esa fecha, todos los cajeros nuevos deberán incluir mejoras concretas.

A partir de ahora, deberán incluir interfaces multisensoriales (texto, voz, táctil), tipografías legibles, botones en relieve, contraste reforzado, brillo adaptable, conexiones para auriculares e incluso alturas ajustadas para usuarios en silla de ruedas.

Una banca más accesible y cercana al usuario

El primer cambio, y el más visible, será la lectura intuitiva y sencilla en la pantalla del cajero. Pantallas con mayor contraste, tipografía clara y tamaño optimizado facilitarán la navegación. A esto se suman botones con relieve y teclado en braille, pensados para quienes tienen visión reducida.

Además, se incorporarán guías de voz accesibles mediante auriculares, que emitirán instrucciones paso a paso para ayudar a personas ciegas o con poca experiencia digital. El brillo automático, regulado por sensores, garantizará visibilidad incluso en exteriores brillantes.

Regulación progresiva: equilibrio entre norma y uso real

La ley fija un plazo de hasta 2030 para modernizar los cajeros instalados antes del 28 de junio de 2025. Sin embargo, no podrán superar una vida útil de 10 años desde su instalación. Así, si un dispositivo es anterior a 2015, deberá ser adaptado o reemplazado antes de 2025.

Por tanto, los usuarios seguirán encontrando cajeros "antiguos" en las calles, pero para cumplir la normativa, estos deberán ser señalizados y los bancos deberán informar con transparencia a través de sus webs y apps sobre cuáles ya están adaptados.

Más allá del hardware: formación y sanciones

El alcance de esta norma va más allá de los aparatos: incluye la formación del personal, que deberá estar preparado para asistir a clientes con diversidad funcional durante los primeros años de implementación.

Las entidades que no cumplan pueden enfrentarse a multas que van desde sanciones leves hasta graves, con montos que podrían alcanzar el millón de euros.

Qué impacto tendrá en el BBVA y el sector bancario

BBVA ha confirmado que está adaptando tanto el parque de cajeros como sus plataformas digitales (app y web) para integrar lectores de pantalla y sistemas de navegación inclusivos. Esto se suma a las inversiones y esfuerzos de otras entidades como Santander, Sabadell o CaixaBank.

La inversión estimada por cada cajero oscila entre 1500 y 3000 euros, lo que supone un coste total significativo, aunque necesario para mantener la igualdad de acceso al efectivo, aún preferido por muchos ciudadanos, especialmente mayores.

Un avance hacia la inclusión financiera

Este cambio representa un paso histórico en la lucha contra la exclusión financiera. Cerca de 4,3 millones de personas en España tienen alguna discapacidad y se verán directamente beneficiadas.

También favorece a otros colectivos, como personas mayores, con baja alfabetización digital o movilidad temporal reducida. Con esta ley, los cajeros dejan de ser una barrera para transformarse en una herramienta verdaderamente universal y humana.

En el futuro, una banca más accesible podrá incluir nuevas tecnologías como reconocimiento facial, integración con apps móviles que preparen operaciones antes de acercarse al cajero, e interfaces aún más personalizadas.