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La bombogénesis -también llamada ciclogénesis explosiva- suena a jerga científica lejana, pero su nombre ya resuena con fuerza en los pasillos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

En los modelos numéricos más recientes, un ciclón extratropical podría disparar su caída de presión en tiempo récord y sembrar el caos sobre la península. ¿Es una exageración o la amenaza es real? Por ahora, las pistas son tan inquietantes como fascinantes.

En pleno mayo, con el verano a la vuelta de la esquina, la posibilidad de un temporal invernal severo parece lejana. Sin embargo, el mismo océano Atlántico que ahora calienta nuestras playas acumula energía térmica que más tarde alimentará tormentas violentas.

Los pronósticos a medio plazo ya sugieren un cóctel perfecto: aguas cálidas, vientos en altura favorables y aire muy frío bajando de latitudes polares. Todo ello puede estallar -literalmente- en los últimos meses de 2025.

A estas alturas, los expertos insisten en la precaución. "Los mapas a largo plazo no son sentencias, sino avisos para preparar planes de contingencia", recuerdan desde la AEMET. El misterio sigue abierto.

Fuente: EFEBiel Aliño

¿Qué es una bombogénesis y por qué España está en alerta?

"Una bombogénesis se declara cuando la presión atmosférica de una borrasca cae al menos 18 hPa en 24 horas; es una auténtica ‘bomba meteorológica'", explica un informe de la AEMET.

La agencia advirtió hace apenas unos meses que "dos sistemas explosivos en el Atlántico provocarán lluvias torrenciales y vientos superiores a los 120 km/h en el norte peninsular".

Aquella doble amenaza quedó en un susto, pero sirvió de ensayo general: se activaron alertas amarillas, Protección Civil reforzó retenes y las rías gallegas registraron olas de casi seis metros.

Más allá de la definición técnica, la clave está en la rapidez. "Cuando un ciclón ‘bombea', la atmósfera no nos da tiempo a reaccionar", advierte Rubén Vázquez, divulgador de Meteovigo.

"Nuestro país recibirá fuertes vientos y lluvias... el noroeste será la puerta de entrada", escribió al analizar la borrasca Eowyn en enero. Ese patrón -núcleo profundo frente a Galicia, frentes barridos al Cantábrico y al interior- es el mismo que los modelos proyectan para finales de año.

Cómo se forma la bombogénesis y qué zonas sufrirán primero

La ecuación es sencilla en apariencia: aire muy frío sobre la atmósfera choca con aire subtropical cálido a nivel del mar. "Todo está en su lugar para una temporada por encima del promedio", reconoció Ken Graham, director del Servicio Meteorológico de los EE.UU., tras presentar la previsión de huracanes 2025.

Ese exceso de calor oceánico no solo alimentará ciclones tropicales en el Caribe; también puede derivar en borrascas más potentes en el Atlántico medio, justo a las puertas de Europa.

Los expertos de Meteovigo añaden otro ingrediente: la posición de la corriente en chorro. Si la "jet stream" se ondula y enraíza un ramal sobre el Cantábrico, la intensificación explosiva gana papeletas. El resultado podría ser una caída de presión de 40 hPa en un día y ráfagas que superen los 150 km/h en Galicia, Asturias y la cordillera.

AEMET prevé que, en caso de confirmarse, el primer impacto llegaría por el noroeste. En cuestión de horas, el frente asociado barrería la meseta y alcanzaría el Mediterráneo, con lluvias intensas en el sistema Central y un temporal marítimo violento en el golfo de Cádiz.

El viento sur previo dispararía las temperaturas -un fenómeno llamado "calentón pre-frontal"- antes de que un brusco giro a oeste traiga aire gélido y desplome el mercurio hasta 15 °C.

Medidas de protección clave antes de la bombogénesis

"Tras el paso de Bert, se establecerá un escenario anticiclónico... pero conviene no bajar la guardia", advirtió Rubén del Campo, portavoz de la AEMET. El consejo cobra sentido: la ventana de calma estival es el momento idóneo para revisar cubiertas, podar árboles cercanos a viviendas y actualizar planes de emergencia municipales.

Protección Civil insiste en tres acciones concretas: asegurar elementos sueltos en balcones, contar con linternas y pilas -los cortes de luz son frecuentes- y seguir los avisos oficiales, nunca los bulos de redes. Las administraciones, por su parte, preparan ya protocolos de restricción de tráfico en puertos y puentes expuestos al viento.

La tecnología también juega a favor. El sistema ES-Alert enviará notificaciones "112 inverso" a los móviles con la ubicación exacta de la alerta. Desde 2024, estas pruebas han demostrado que la geolocalización acorta un 20% los tiempos de respuesta. Si la bombogénesis llega, la información será la primera línea de defensa.