

Karina Rabolini recorrió ya 25 mil kilómetros, visitó por lo menos dos veces a cada gobernador kirchnerista, tuvo foto y saludo incluso con peronistas opositores como José Manuel De la Sota y Alberto Rodríguez Saá y hasta terminó de sumar al gobernador rionegrino Alberto Weretilneck a las huestes de su marido, Daniel Scioli, el candidato presidencial K. En su haber cuenta también con una foto con Bill Clinton en una campaña que carece de giras internacionales. Con otro perfil y otro rol, finalmente los candidatos opositores embarcan a sus mujeres en la carrera electoral. Tibiamente lo hace Juliana Awada y con más bríos lo hará, en un rol más político que la esposa de Mauricio Macri, Malena Galmarini, quien además de esposa de Sergio Massa es Secretaria de Política Sanitaria y Desarrollo Humano del municipio de Tigre y candidata a concejal. Hasta ahora, la hija de Fernando Galmarini y de Marcela Durrieu se movía exclusivamente en la provincia de Buenos Aires y oficiaba de virtual jefa de campaña, sobretodo en los momentos más álgidos de los últimos meses, cuando el espaldarazo de las encuestas y el éxodo de intendentes del Frente Renovador al kirchnerismo agitaban rumores de un paso al costado de Massa. Resistieron él y ella y ahora, envalentonados por el repunte que muestran algunos sondeos (atribuído a un supuesto estancamiento del frente Cambiemos, el diseño de una campaña proactiva, el rol de Felipe Solá como candidato a gobernador de Buenos Aires y los veinte puntos que alcanzó UNA a nivel nacional y bonaerense) animan al massismo a jugar la carta Malena.
La gira de la tigrense arranca recién la próxima semana y tendrá menos de un mes para sus recorridas. Aunque los destinos están empezando a agendarse, lo que ya está definido es el discurso de la mujer de Massa: pobreza y educación, dos de los caballitos de batalla de las últimas semanas pero parte de una agenda más social, acorde al perfil de la funcionaria de Tigre a quien siempre se le reconoció una voz fuerte en las decisiones de su marido. Galmarini no irá sola al interior, la acompañará en principio Gustavo Iaies, director del Centro de Estudios de Políticas Públicas y ex asesor para la reforma educativa en Chile, México y Ecuador. La estrategia es la misma que la de la fórmula presidencial: hablar de propuestas y mostrar figuras que podrían integrar un posible gabinete y que con su imagen fortalezcan a Massa. Ese es el caso de Roberto Lavagna y José Manuel de la Sota, los anchos de espada bajo la manga de Massa. Además de su mujer, claro.














