

Confirmado en el cargo 24 horas antes de prestar juramento, Juan Zabaleta no perdió tiempo y enseguida convocó a los principales funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social y otros actores de peso en la política asistencial para pedirles su apoyo y mostrarles apertura a sus planteos.
El intendente de Hurlingham, un fiel discípulo del presidente Alberto Fernández, sabe que llega al edificio copado por los movimientos sociales y La Cámpora. También tiene fresco que el ocupar el despacho con vista a la 9 de Julio tiene una directriz clara: convertir los planes sociales en puestos de trabajo.
La transformación de la política social fue uno de los objetivos que Fernández se fijó cuando convocó a los movimientos sociales a formar parte del Gobierno. Pero la pandemia de coronavirusechó por tierra cualquier proyecto y obligó a hacer más de lo mismo: transferir ingresos para salvar a miles de familias que, sin ingresos, dependían de la tarjeta AlimentAR o de los comedores comunitarios.
El director nacional de Políticas Integradoras del Ministerio de Desarrollo Social, Rafael Klejzer, salió a marcar la cancha de los reclamos de las organizaciones nucleadas en la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP). "Si Juanchi continúa escuchando a las organizaciones, a los gobiernos y a la gente, vamos a ir por buen camino, y es un buen momento para discutir la pospandemia", dijo este martes en "La Veta Política", al aire de Radio Cultura.
También el coordinador nacional de Barrios de Pie y precandidato del Frente de Todos, Daniel Menéndez, puso en claro que el recambio de Daniel Arroyo y su reemplazo por Zabaleta será para "dar vuelta de página de las políticas sociales, dejar de lado la política asistencial y vincularla con el empleo y con la producción".
Tras jurar en el cargo, acompañado por buena parte de los intendentes del Conurbano y referentes sociales afines al Gobierno, Zabaleta prometió "desarrollar esta función rompiéndome el alma porque hay muchos pobres y queremos transformar los planes sociales en trabajo genuino".
Recibido con un corte frente al ministerio, Zabaleta retrucó: "No va a hacer falta con este ministro cortar calles para dialogar, porque este será un ministerio de puertas abiertas".
Zabaleta también tendrá que lidiar con los reclamos de sectores sociales que exigen, mientras tanto, más asistencia económica, e incluso el establecimiento de un salario básico universal, pero que no cuenta con el consenso suficiente por su alto costo fiscal. El más fervoroso de los socios en reclamar un ingreso para todos y toads es Juan Grabois, quien llegó a decir que "el salario básico va a salir por las buenas o por las malas".












