Desde la campaña de 1994 y 1995 la oleaginosa de origen argentino mantiene una posición privilegiada en el mercado internacional, una situación que se revertirá este año a raíz del efecto drástico que generó la sequía que, sólo en soja, revestirá una pérdida de más de u$s 7000 millones.
Pese a que el complejo sojero seguramente continuará en el podio entre el total de bienes y servicios que exporta la Argentina, con la liquidación de u$s 17.000 millones, el impacto no sólo se sentirá fuerte en la recaudación fiscal.
La otra arista negativa de la pérdida de cerca del 50% de la producción hará descender al país del podio mundial. "Argentina perdería su posición cómo primer exportador mundial de harina de soja en la campaña 2022/23, su principal mercado de exportación y uno de los pocos nichos que el país domina en las cadenas globales de suministro", advirtió el último informe semanal de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Luego de alcanzar un "éxito notable" en el desarrollo de su complejo industrial oleaginoso a partir de la década del noventa, la evolución "se fue solidificando al compás de los crecientes requerimientos de la demanda internacional", hasta consolidar una posición dominante en los mercados de aceite y harina de soja durante más de 25 años.
Además del efecto de la sequía, el informe apunta a otros factores que "desalentaron" el cultivo a nivel local. Entre ellos, menciona las "cambiantes políticas comerciales externas" junto con las "limitaciones lógicas a las importaciones desde los países vecinos" que han "coadyuvado a que la industria local conviva con una importante capacidad ociosa".
En ese sentido, refleja que la Argentina ya perdió 30 puntos porcentuales en participación del mercado mundial de aceite de soja en los últimos 15 años y aclara queen la campaña 2006/07 se tocó un máximo del 60% de participación.
Ahora, los técnicos avisan que en la campaña en curso la producción local representará el 30% del comercio global de este producto, con 3,5 millones de toneladas a exportar (estimación BCR), lo que refleja la menor participación desde la campaña 1994/95.
En el caso de la harina de soja, según estimaciones de la BCR, Argentina estaría exportando cerca de 20 millones de toneladas en la campaña 2022/23, un 29% del comercio global, ubicándose por debajo de Brasil, por primera vez desde la campaña 1997/98.
Quién ocupará el podio
En sentido opuesto, Brasil vaticina para la nueva campaña una producción de soja récord de 153 millones de toneladas, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, con un plus de 23,5 millones de toneladas por encima del año anterior.
En consecuencia, la industria brasilera podría también conseguir el mayor volumen de procesamiento de su historia, con cerca de 53 millones de toneladas, dando lugar a una previsión de exportaciones de harina de entre 21 y 23 millones de toneladas, según distintas fuentes.
"De ser así, el vecino país podría volver a erigirse como principal exportador mundial de harina de soja, destronando a la Argentina, por primera vez en 26 años", confirma el informe de la entidad rosarina.
Efecto global
En materia de precios, se observa una "marcada volatilidad" en los últimos meses y, sobre los últimos días de marzo, rondaron los u$s 446 por tonelada.
Por ahora, las cotizaciones siguen por encima de los promedios históricos pero las últimas bajas posicionaron a los precios en valores equivalentes al de inicios de diciembre de 2022.
Sin embargo, el análisis a futuro explica que "puede que éstos aún no hayan descontado totalmente la pérdida de abastecimiento desde Argentina" y en ese caso "las cotizaciones podrían reaccionar al alza".
En cambio, si la producción de Brasil absorbe la escasez de la sequía en Argentina los precios podrían presenciar una trayectoria "menos volátil".
"Son múltiples los factores que condicionan la evolución futura de los precios, entre los cuales la política monetaria de EE. UU. viene jugando un papel trascendental", resumió el informe técnico.