La economía argentina arrastra años de alta inflación, a las cuales se le suman las proyecciones de las consultoras privadas que arrojan un índice del 160% para finales de 2023. En ese escenario, un informe reveló cuáles son las claves para que los ingresos y salarios mantengan su poder adquisitivo.
"La capacidad de defender el poder adquisitivo en un contexto de aceleración inflacionaria es disímil", sostiene el análisis a cargo del área de Trabajo e Ingresos de Fundar.
"Las coaliciones partidarias, sindicales y sociales son clave para explicar estas diferencias", plantea y agrega que quienes contaron con instancias institucionales de determinación del salario más activas (como paritarias sectoriales privadas, estatales y paritaria nacional docente) pudieron defenderse mejor.
Del otro lado, aquellos colectivos "con una representación institucional difusa o inexistente como los jubilados, beneficiarios de Potenciar Trabajo, Tarjeta Alimentar/AUH y no asalariados resultaron perjudicados".
La fórmula para sostener ingresos
El análisis de Fundar demostró que las coaliciones partidarias y sociales y las instituciones laborales siguen siendo importante en los regímenes de alta inflación. Durante el 2022, algunos colectivos lograron mantener su poder de comprar, a partir de su alianza con el oficialismo, con base en las decisiones de expansión fiscal y a las instancias colectivas de determinación del ingreso.
La segunda estrategia, en sintonía con la primera, se basa en el activismo de las institucionales laborales. Bajo la lógica de la "supervivencia del más fuerte", en el pasado quien mejor defendieron sus ingresos fueron los grupos que cuentan con instancias al interior para determinar el salario, como lo tienen los empleados públicos y privados, docentes y trabajadores domésticos.
Por último, Fundar destaco que es necesario que se promuevan ámbitos de acuerdo y coordinación salarial. Aunque es necesario que el mismo se lleve a cabo de forma conjunta con un programa de estabilización heterodoxa por parte del Gobierno de turno que ataque la inflación.
¿Quiénes le ganaron a la inflación?
"Con la inflación no pierden todos", esa fue la frase -característica de la ortodoxia económica de derecha- que intentó desmitificar un estudio de la Fundación Fundar. Durante 2022, dentro del segmento de la población económicamente actividad, existieron "ganadores" y "perdedores" respecto a la aceleración de precios de los últimos años.
Contrario a lo que se supone, con la expansión de la ayuda social durante la pandemia del Covid-19, las personas que reciben el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) y con ello de la Tarjeta Alimentar, de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y de casas particulares fueron los más golpeados por la inflación.
"Los trabajadores regidos por el SMVM, cuya instancia de negociación (Consejo del SMVM), no aumentó la cantidad de reuniones, ni la frecuencia en los aumentos nominales, tuvo un deterioro del 4% real en 2022, lo que impacta directamente en los trabajadores informales que cobran medio SMVM bajo el programa Potenciar Trabajo", destacaron el informe.
Esa misma tendencia fue percibida por quienes reciben ingresos no salariales vinculados a la AUH y la Tarjeta Alimentar a causa de la ausencia de bonos compensatorios, sufrieron una pérdida de su poder adquisitivo en torno al 20%. Mientras que, para los trabajadores de hogar, si bien lograron una mejora del 5%, la misma no logró compensar la caída del 2021 y fue acompañada por baja en los universos de trabajadores.
Así, el informe expuso que los esfuerzos del estado, y el consecuente aumento del gasto, por parte del Gobierno de Alberto Fernández durante la pandemia, no alcanzaron para preservar los ingresos de los sectores más vulnerables, a pesar de a la implementación de la Tarjeta Alimentar y el programa de medicamentos gratis para jubilados.
También existieron diferencias entre los asalariados entre privados y públicos, y al interior de cada segmento y la causa se debió a los comportamientos que adoptó cada sector, según detallo la Fundación Fundar.
El rol que adoptó el Gobierno del Frente de Todos, bajo la premisa de que el estado debe cumplir un rol en la dinámica de los salarios, marcó la diferencia para los estatales. Durante el 2022, los trabajadores de la Administración Pública Nacional (APN) se incrementaron en un 4% respecto del año anterior. A raíz de una serie de aumentos que se llevaron a cabo con una mayor frecuencia y magnitud.
En la vereda de enfrente, se ubicaron los trabajadores privados que mostraron una tendencia de caída o estancamiento con diferentes al interior del sector. Entre los salarios más altos, los trabajadores del rubro de laboratorios (6,7%) y aceiteros (1,6%) tuvieron una mejora en términos reales en comparación con los promedios de 2022 vs. 2021.
"Las diferencias dentro del universo de los registrados del sector privado. Tales disparidades no se explican a partir del nivel salarial del sector económico en el que se desempeñan, sino que se relacionan con las estrategias de negociación adoptadas y los acuerdos alcanzados en cada una de las paritarias", argumentaron en el informe.
Dentro de dicho segmento alto, y de forma contraria a su poder de negociación histórico, los bancarios (-3,7%) y camioneros (-4,7%) experimentaron una caída considerable en términos reales de su salario, a los cuales se le sumaron los trabajadores de las entidades deportivas (-5,1%).
A su vez, entre los ingresos de medios y bajos también existieron disparidades. Los empleados de metalúrgica (3,6%) y sanidades vieron crecer sus salarios, mientras que sus pares de alimentos (-3,2%) y encargados de edificio (-3,8%). Y en el último nivel de la pirámide salarial, los de comercio y seguridad privada (2,5%) tuvieron un buen desempeño, al cual no pudieron acceder los trabajadores de maestranza (-3,9%) y construcción (-4,9%).