

Este domingo los argentinos y argentinas irán a las urnas para elegir a sus representantes en cargos nacionales -o provinciales y municipales, si correspondiera. Sin embargo, un indicador clave que se espera en la previa es el nivel de participación que tendrán los comicios, dado el decline casi generalizado ocurrido en las elecciones provinciales de los últimos meses.
Según datos del Centro de Investigación para la Calidad Democrática (CICaD), de las 17 provincias que disputaron elecciones, 15 tuvieron una baja de la concurrencia respecto a los mismos comicios de 2019. Al añadirse a esa medición los votos blancos y nulos, el número asciende a 16 distritos.
Estas variaciones no se correlacionan con posteriores revalidaciones de los oficialismos provinciales o sus derrotas, y tampoco son extrapolables a la coyuntura nacional, dado que lo que se dirimen en ese tipo de elecciones son agendas locales. Según remarca el titular del CICaD, Facundo Cruz, los números registrados en las elecciones provinciales indican una baja clara, pero "que no es sustancial o dramática".

Preocupación de los candidatos y la Justicia
Sin embargo, este 13 de agosto el temor por una baja participación es transversal a todas las fuerzas políticas -e incluso a la Justicia-.
El debate electoral entre candidatos no encontró puntos de convergencia entre espacios y hacia el interior de los mismos, el llamado a votar fue una de las pocas proposiciones unánimes entre los principales precandidatos.
Entre los ejemplos, Javier Milei pidió a sus militantes llevar a sus relativos a votar "porque es la forma de cambiar este modelo", Sergio Massa llamó a concurrir a las urnas "en defensa" de las políticas peronistas y Patricia Bullrich aseguró que el domingo habrá un "grito de basta". Cada uno con una motivación diferente.

En diálogo con El Cronista semanas atrás, la jueza federal con competencia electoral, María Servini de Cubría reconoció serias preocupaciones por una presunta baja en la participación. Eso le llevó a firmar una resolución en la que recuerda la obligatoriedad de votar en las PASO, solicitando a las autoridades que hagan efectivas las sanciones que se deben aplicar a los infractores que no concurran, como inhabilitación de un año a realizar trámites en todos los estamentos públicos.
"La indiferencia y la falta de participación no resultan herramientas útiles para encontrar un modelo de país en el cual, dejando atrás las antinomias del pasado, podamos transitar la senda del crecimiento", concluyó el texto, con firma del martes 25 de julio.
Qué pasará con la participación electoral este domingo
¿El temor al ausentismo es una realidad para los próximos comicios?, preguntó El Cronista al politólogo e integrante de la Dirección Nacional Electoral (DINE), Patricio Talavera, quien aseveró que "es dable que una porción decida ausentarse".
"Recordemos que la participación estándar está entre 80 y 75 por ciento en elecciones generales y en las PASO suele ser tres o cuatro puntos inferiores, pero en este contexto es factible que nos encontremos con una participación cercana a las PASO legislativas de 2021".

El director de la consultora Aresco, Federico Aurelio, sostuvo que "si bien es difícil de estimar niveles de participación mediante las encuestas, venimos de una elección en 2021 en la que hubo un ausentismo importante y que, comparado con otras presidenciales, debiera verse una baja de la participación este año".
Incluso, advirtió: "Si el voto no fuera obligatorio, el ausentismo podría aumentar a los 35 o 40 puntos".
Por su parte, el analista político de EPyCA Consultores, Alejo Pasetto, recordó que "en general hay mayor motivación a votar en las elecciones nacionales, porque generan una motivación por el cambio que se puede generar con sus resultados".
"En líneas generales no creo que sea un número alarmante, porque Argentina las elecciones están metidas en la cultura política. Así que, aunque haya una gran insatisfacción, la gente va a votar igual y, a 40 años de democracia, la gente sigue creyendo en el sistema electoral".

Ante la consulta sobre la repercusión del caso de Morena Domínguez, la fundadora de CIDEL Consultores e integrante de la Red de Politólogas, Penélope Vaca Ávila, remarcó la dificultad que implica definir hoy cómo impactará en la dinámica del voto, aunque cree que "polarizará aún más la elección o generar mayor voto bronca".
"Es bajo dado que es obligatorio el sufragio y porque el promedio histórico es alto. El hartazgo con la clase política es por la baja eficacia en solucionar los problemas acumulados, pero denominarlo 'riesgo de debilidad democrática' me parece excesivo. En todo caso sería un síntoma de que la democracia presenta cierta crisis", explica, para luego resaltar que "el sistema electoral funciona muy bien y ninguna fuerza política ha denunciado fraude en todas las elecciones provinciales que se disputaron".












