

“¡Esto es un país normal no pasa!”, “¿Por qué no podemos ser un país normal?”, “La Argentina tiene que volver a ser un país normal”…. Así comienza el artículo de análisis que realiza el corresponsal de la cadena británica BBC en la Argentina sobre la aparente obsesión que sufre el país por ser un país normal.
“Esta obsesión con la normalidad resurge cada vez que hay una noticia que sacude a la sociedad, como la reciente muerte del fiscal Alberto Nisman, que todavía está envuelta en misterio”, señala el español Ignacio de los Reyes.
Aunque también destaca que esta frase la oye “cuando se corta la luz, cuando fallan los teléfonos o cuando la carretera queda cortada por una protesta”.
El periodista consultó a escritores y sociólogos para explorar sobre la “anormalidad” de los argentinos.
Según Alejandro Grimson, doctor en antropología en la Universidad Nacional de San Martín, “el ciudadano argentino tiende a interpretar la historia de su país como la de una nación que pasó de ser una gran potencia de glorioso destino a ser un absoluto desastre”, resalta el artículo.
Para Luis García Fanlo, profesor de Sociología de la argentinidad en la Universidad de Buenos Aires, “la obsesión con ser normal tiene que ver con la construcción misma de la nación argentina ‘frente a la gran inmigración de fines del siglo XIX y principios del XX’”, agrega.
El artículo subraya también que “todos los países parecen sentirse únicos en sus conflictos. De algún modo, todos son un poco anormales”, y enumera ejemplos en España, Bélgica, Estados Unidos y México.
“¿Por qué no se alcanzó ese país normal? Para unos por el populismo, para otros por la izquierda revolucionaria, para otros por el imperialismo, para otros por las dictaduras militares o el peronismo; en general, por existir una conspiración internacional para evitar que los argentinos tengamos un destino de grandeza”, explica García Fanlo.
“Será que al fin y al cabo, como dice el sociólogo, ‘es difícil ser argentino’”, concluye.













