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La Libertad Avanza entró en la recta final del año con un objetivo estratégico: convertirse en la primera minoría en la Cámara de Diputados antes del 10 de diciembre, cuando se renuevan autoridades y se vuelve a repartir el poder interno.
El oficialismo viene ejecutando un operativo político sostenido, que incluye negociaciones con gobernadores dialoguistas, acuerdos individuales y el fichaje de diputados sueltos, para desplazar al bloque de Unión por la Patria del lugar que históricamente ocupó cada vez que fue oposición.
El interés no es simbólico: la primera minoría define las presidencias de comisiones, la proporción de miembros en cada una de ellas y los cargos institucionales que surgen por representación parlamentaria.
No obstante, desde el comando oficialista también indican que la repercusión política no limita al Congreso sino también a nivel institucional general y en lo económico y los mercados, dando solidez a un espacio en construcción.
Hoy LLA tiene 91 diputados, y Fuerza Patria 96, aunque ese número puede achicarse si prosperan las fracturas provinciales que se están gestando. Es decir que más allá de querer sumar adeptos, el oficialismo apuesta también por restar integrantes a la bancada contraria.
En este contexto se inserta la incorporación de los radicales Luis Picat, Federico Tournier y Mariano Campero al bloque libertario.
“La incorporación se concretó para darle la primera minoría al Gobierno”, resumió Picat, quien añadió que esto significa “tener un núcleo duro donde el Gobierno nacional no tenga que negociar de manera particular con cada diputado”. Para el oficialismo, cada banca se volvió determinante: una diferencia de uno o dos votos podría cambiar la correlación de fuerzas en comisiones donde se define la ingeniería legislativa de la Casa Rosada.
La batalla por las comisiones
Las comisiones más estratégicas para cualquier Gobierno son Presupuesto y Hacienda, Asuntos Constitucionales, Legislación General y después hay otra relevantes como Relaciones Exteriores, Seguridad, Justicia y Legislación Penal, que pueden tener más o menos interés de acuerdo a la agenda ejecutiva. Precisamente en este punto hay expectativa por quién se quedará con Legislación del Trabajo, estratégica en el inicio de un posible debate sobre la reforma laboral.
El presidente saliente es Martín Tetaz (quien no renueva su banca con legislador) y tuvo a su cargo un particular debate sobre una reforma sindical que cuando estaba a punto de avanzar con dictamen, se le retiró el apoyo libertario y terminó por caer. Por eso se anticipa que será un lugar de relevancia al menos durante 2026.
En el caso de Presupuesto y Hacienda, el escándalo preelectoral dejó a José Luis Espert fuera de su conducción y truncó también sus posibilidades de renovar su banca, por lo que ahora Bertie Benegas Lynch pretende ser confirmado en el cargo.
El apuro para cerrar los movimientos antes del 10 de diciembre está vinculado con el reparto anual de esos espacios. La Cámara tiene 45 comisiones permanentes, integradas según la proporcionalidad de los bloques. Si LLA llega a la primera minoría, puede reclamar no solo más presidencias, mayor cantidad de miembros propios en los cuerpos clave y mejores posiciones en organismos extraparlamentarios como la Auditoría General de la Nación o el Consejo de la Magistratura.
A las incorporaciones ya concretadas se suma el operativo sobre los espacios provinciales. Con los gobernadores del Norte Grande —especialmente Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Raúl Jalil (Catamarca)— en modo diálogo, la Casa Rosada trabaja para que los 7 santiagueños y los 4 catamarqueños se emancipen del peronismo.
Una ruptura de cualquiera de esos grupos sería suficiente para que LLA supere a Fuerza Patria. Zamora, tras reunirse con Santilli el viernes, afirmó que “coincidimos en la importancia de que el Gobierno cuente con la aprobación del Presupuesto 2026” y confirmó que desde su provincia se comprometieron “en avanzar en el análisis de reformas que serían impulsadas por el Presidente”.
Paralelamente, gobernadores como Gustavo Sáenz impulsan un nuevo interbloque que reúna a Innovación Federal, a diputados sueltos de UxP y a otros aliados provinciales. Aunque ese armado se piensa como un bloque propio, podría votar en sintonía con el oficialismo en temas clave. “Nosotros tenemos que buscar una opción distinta a ser una oposición o un oficialismo”, dijo el misionero Alberto Arrúa, abriendo la puerta a acuerdos flexibles. En principio, se espera conformar un interbloque porque cada provincia quiere quedarse con una bancada con identidad propia.
¿Puede LLA lograr el objetivo? Hoy las chances son reales. Los libertarios ya sumaron once diputados en pocas semanas —entre ex PRO, radicales y disidentes provinciales— y están cerca de cerrar con más. Además, cualquier desprendimiento de catamarqueños o santiagueños inclinaría la balanza de inmediato. La dirección del Congreso se reconfigura en menos de tres semanas y cada movimiento cuenta.
Para el Gobierno, llegar a esa instancia como primera minoría no solo garantizaría músculo legislativo para aprobar reformas: consolidaría una señal política hacia empresarios, inversores y aliados, mostrando que Javier Milei logró ordenar el tablero parlamentario sin tener mayoría propia.