La licitación pública e internacional que el gobierno de la ciudad de Buenos Aires puso en marcha para concesionar el Subterráneo y el Premetro por 12 años -con posible prórroga por tres más- entra en la recta final, y en mayo podría conocerse el nuevo consorcio responsable de la operación y mantenimiento.

Entregadas las ofertas técnicas y económicas al comité interdisciplinario que juzgará al mejor postor, las compañías se dedican por estas horas a tareas de posicionamiento. Hacia la clase política, con reuniones de seguimiento y donde muestran interés en éste y otros proyectos ferroviarios, pero también hacia la opinión pública -y en ciertos casos con la intención de repercutir en Tribunales.

En este escenario, la empresa a cargo de la operación de las seis líneas y el Premetro desde hace 25 años, Metrovías, se apresta a aprobar un nuevo código de ética que busca despegarla del escándalo que provocó la confesión del entonces presidente del holding controlante, Aldo Roggio, quien admitió haber pagado coimas equivalentes al 5% de los subsidios que recibía para el Subte y el ferrocarril Urquiza al ex secretario de Transporte de Néstor y Cristina Kirchner, Ricardo Jaime.

En los próximos días, una reunión del directorio aprobará un manuel de procedimientos y buenas prácticas que fue elaborado con la asesoría de un estudio internacional de abogados especializado en compliance, y que busca dejar atrás los pasos en falso que entrometió la causa de los "Cuadernos de las Coimas".

Sin admitirlo abiertamente, el proceso ayuda a poner en regla a la firma con los estándares de transparencia que tiene su empresa asociada, la estatal alemana Deutsche Bahn, y para reducir cualquier tipo de riesgo. No son pocos los que especulan que el Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, podría sufrir un revés en la antesala de su camino a la reelección en caso de elegir a los Roggio para mantener el servicio.

"Metrovías contrató una gran empresa experta en el tema, ya que no teníamos un departamento dedicado a compliance, y en los próximos días aprobaremos un código de ética para el cual nos ha ayudado y compartido su experiencia nuestro asesor técnico especializado, la Deutsche Bahn", comentó a la prensa Ester Litovsky, gerenta de Planeamiento y Control de gestión de la firma.

Frente a un grupo de periodistas, Litovsky y otros cuatro gerentes de la firma se desentendieron del ex titular del Grupo Roggio y negaron que otras autoridades jerárquicas de la empresa hayan sido apartadas luego de conocerse la supuesta trama de desvío de fondos públicos y privados para los bolsillos de ex funcionarios kirchneristas.

Eurnekian, bajo investigación

Los otros dos competidores en carrera por el Subte son la empresa controlante del Metro de París, RATP, y un consorcio encabezado por la firma francocanadiense Keolis, que corre los metros de Lyon y Boston, entre otros, y que va asociada con Transport for London (TfL), dueña del metro de la capital inglesa, y en menor medida, Helport, empresa integrante de Corporación América, de Eduardo Eurnekian.

RATP, cuya oferta técnica fue cuestionada por presentarse a través de una subsidiaria que no contaba con los avales económicos de su casa matriz y ponía en dudas su obligación solidaria frente a incumplimientos, se enorgullece por estas horas de haberse presentado sola, apenas con el apoyo técnico de la filial argentina de la francesa Alstom, y no estar "empapada" por la Causa de los Cuadernos.

Ocurre que Eduardo Hugo Antranik Eurnekian -más conocido como Hugo Eurnekian- admitió en agosto haber efectuado pagos a un funcionario K con el fin de solventar la campaña electoral de 2013. Entonces, el sobrino de Hugo Eurnekian, a cargo de los negocios energéticos de la familia de origen armenio, declaró -presentándose voluntariamente en Comodoro Py- haber actuado "a título personal" y con fondos "debidamente declarados" ante la AFIP.

Un alto ejecutivo extranjero reconoció a El Cronista los reparos puestos antes de firmar el acuerdo, y agregó que tanto Keolis como SNCF pidieron asesoramiento legal frente a los hechos y se convencieron, por boca de los Eurnekian, de que lo ocurrido no podía entorpecer la licitación. De todos modos, encargaron investigaciones de due dilligence sobre todos los directores de Helport, la subsidiaria a la cual se asociaron.

En octubre pasado, con el proceso licitatorio ya avanzado, también Helport tomó la decisión de crear una oficina de Compliance para evitar posibles desmanejos y tener un procedimiento claro sobre cómo actuar a futuro, eventualmente, frente a situaciones no éticas.